En tiempos de crisis, los conductores españoles vieron cómo los camiones desaparecían de las carreteras y autovías. Esa circunstancia prueba que el movimiento de mercancías es una muestra más de la tendencia económica. A mayor cantidad de camiones circulando, mejor es el funcionamiento de la economía, y viceversa. No es una observación pueril, dado que […]
NacionalDirigentes Digital
| 19 nov 2018
En tiempos de crisis, los conductores españoles vieron cómo los camiones desaparecían de las carreteras y autovías. Esa circunstancia prueba que el movimiento de mercancías es una muestra más de la tendencia económica. A mayor cantidad de camiones circulando, mejor es el funcionamiento de la economía, y viceversa.
No es una observación pueril, dado que los camiones transportan el 94% de las toneladas de mercancías en España. De esa forma, son un elemento clave de un sector, el transporte, que representa el 2,9% del PIB, según el Observatorio del Transporte y la Logística en España.
Se trata de un negocio atomizado, con infinidad de actores encarnados por pequeñas empresas de transporte. No obstante, la tendencia indica que el tejido empresarial se transforma: las grandes flotas ganan terreno. Además, tanto por su tamaño como por el abanico de variables que influyen en su actividad, son sensibles a todos los cambios.
Estas modificaciones son las que analiza Ontruck, una compañía especializada en el sector. En su estudio, refleja la debilidad de los transportistas autónomos ante las subidas de los precios del petróleo y de los peajes. Son gastos, según este análisis, que acaban influyendo en los costes de una manera notable porque no se repercuten a los clientes.
Por otra parte, el transporte por carretera viene arrastrando una polémica que no termina de cerrarse. La incertidumbre perjudica al sector en un contexto en el que se desconoce cuándo se aumentará la masa máxima de los vehículos de mercancías.
En la actualidad la masa máxima permitida es de 40 toneladas, mientras que desde Europa se quiere ampliar esa cantidad hasta las 44 toneladas. En todo caso, la aplicación que estaba prevista para el 1 de enero de 2019, queda en el aire tras los cambios en el Gobierno. La implantación de esta medida podría suponer un ahorro del 11,5% en los costes por tonelada y kilómetro, estimado entre 278 y 358 millones de euros anuales, según Aecoc.
Otra ventaja que se presenta ante el sector es la transformación digital. La implantación de diversas herramientas como sistemas de geoposicionamiento, navegación, aplicaciones de gestión de cargas, sistemas de trazabilidad ayudan a facilitar el negocio del transporte por carretera.
En todo caso, existen desafíos como la creciente demanda del comercio electrónico, además de las restricciones de las grandes ciudades para el tráfico en periodos de contaminación. Por un lado, los transportistas necesitan acceder más para repartir pedidos y, por otro, las restricciones de tráfico dificultan su labor.
En ese sentido, aparecen obstáculos como la subida del impuesto al gasoil que podría ascender hasta los 4,8 céntimos por litro. Ontruck calcula que la medida puede afectar a nueve de cada diez transportistas, autónomos en su mayoría. En esa línea aparece el desafío ecológico, en la que la utilización eficiente de los recursos resulta esencial.
Para ello existe la necesidad de “optimizar las cargas y reducir los kilómetros en vacío”, concluye el estudio. También supone una solución la creciente utilización de vehículos de gas natural licuado, que emiten menores cantidades de CO2 y de óxido de azufre y nitrógeno. Otra de sus virtudes es que no sufren los cortes de tráfico del centro de las grandes ciudades.
Los megacamiones también pueden servir para ese propósito, con una implantación cada vez mayor. Las ventajas de estos vehículos son la reducción de costes, así como su menor impacto en el medio ambiente. Aun así, presentan el inconveniente de unos mayores costes, que dificultan el acceso para empresas de transporte de menor tamaño.