La tecnología está constantemente facilitando diversos aspectos de nuestro día a día. También el de las empresas. Y es que desde hace más de una década, el uso de las nuevas tecnologías ha reducido un total de 84 horas el tiempo que dedican las empresas a cumplir con Hacienda, tal y como se desprende de […]
NacionalDirigentes Digital
| 15 mar 2019
La tecnología está constantemente facilitando diversos aspectos de nuestro día a día. También el de las empresas. Y es que desde hace más de una década, el uso de las nuevas tecnologías ha reducido un total de 84 horas el tiempo que dedican las empresas a cumplir con Hacienda, tal y como se desprende de un informe elaborado por PwC para el Banco Mundial.
El número de pagos que las compañías deben hacer también disminuye. Las empresas españolas destinan a los procesos del fisco 148 horas y, para hacerlo, necesitan hacer 9 pagos de media. Esto demuestra que el sistema tributario español es uno de los más modernos del mundo, ya que los datos que presentan potencias como Estados Unidos, Alemania o Francia son mayores.
A nivel mundial, las compañías necesitan 237 horas y casi 24 pagos. El socio de PwC Tax and Legal Services, Alberto Monreal, cuenta que “la Agencia Tributaria de España ha hecho avanzar tecnológicamente la gestión de nuestros impuestos muy por encima de la media, en comparación con otras instituciones públicas. Las empresas soportan una fiscalidad muy elevada, en perjuicio de su competitividad”.
Ejemplo de ello es la dedicación a la devolución del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA): en nuestro país este proceso suele abarcar 16 semanas, mientras que en el resto del mundo esta cifra asciende a 29 semanas. No obstante, la tecnología no es suficiente para mejorar los sistemas fiscales, ni mucho menos para acabar con la presión sobre compañías y personas físicas.
El documento explica que una economía, además de contar con la infraestructura tecnológica adecuada y con una población suficientemente alfabetizada informáticamente, “debe superar una serie de obstáculos culturales y políticos, especialmente relevantes en aquellos países con sistemas tributarios manuales o con un nivel significativo de economía informal”.