Se agota el tiempo para no quedarse atrás en la carrera contrarreloj hacia la adopción de la Industria 4.0. De hecho, preguntarse si invertir o no en la transformación digital de la industria es una cuestión que ha quedado relegada a un segundo plano. El interrogante que se impone ahora es, ¿cuándo llevarlo a cabo? […]
NacionalDirigentes Digital
| 12 abr 2019
Se agota el tiempo para no quedarse atrás en la carrera contrarreloj hacia la adopción de la Industria 4.0. De hecho, preguntarse si invertir o no en la transformación digital de la industria es una cuestión que ha quedado relegada a un segundo plano. El interrogante que se impone ahora es, ¿cuándo llevarlo a cabo?
EN UN PUNTO CRÍTICO
Tras muchos años de evolución, la cuarta revolución industrial llega a nuestras vidas con la introducción de las tecnologías digitales en los procesos industriales para maximizar la eficiencia y la competitividad de la industria española en un mercado cada vez más extenso. Los actuales desarrollos tecnológicos, la hiperconectividad y la globalización generan nuevas oportunidades y desafíos.
Para no quedarse atrás, se debe abordar la transformación digital con celeridad. Tanto es así que la investigación realizada por Siemens Financial Services (SFS) ha introducido lo que definen como “punto crítico”. Un concepto que hace alusión al momento en el que la mitad de la comunidad manufacturera mundial adapte las plataformas de producción de la Industria 4.0 antes de la adopción mayoritaria. Dicho punto se cifra entre 5 y 7 años, si se trata de los grandes fabricantes, y entre 9 y 11, en el caso de las pymes.
FINANZAS 4.0
Es por ello que para obtener una mayor competitividad con su inversión debe hacerse antes de alcanzar dicho punto de inflexión, ya que después la ventaja comercial se reducirá. Esta urgencia ha llevado a los fabricantes a apostar por soluciones especializadas (Finance 4.0) para desbancar a sus competidores. Se basan en métodos prácticos de ayuda a las compañías para invertir, las cuales pasan por cubrir una amplia variedad de posibles necesidades, desde la compra de un componente digitalizado de un equipo, hasta la financiación de una fábrica nueva, entre otras.
En relación a este punto, uno de los retos para implementar la transformación digital pertinente suele encontrarse en el ámbito financiero. Las organizaciones necesitan comprender los beneficios comerciales de la Industria 4.0 y estar segura de que habrá un rendimiento de la inversión. Es decir, “saber que habrá un retorno de la inversión fiable y pagar por la tecnología de la Industria 4.0 a un ritmo igual o inferior al de las ganancias comerciales esperadas, haciendo la inversión sostenible y favorable al flujo monetario”, según indican desde SFS.