El mundo, tal y como lo conocemos hoy día, es totalmente impredecible. De la noche a la mañana, los valores que defiende una marca pueden volverse en su contra. Ejemplo de ello es la cercanía a la ideología con el Brexit en el Reino Unido o en materia de cambio climático. En este escenario, las […]
NacionalDirigentes Digital
| 08 may 2019
El mundo, tal y como lo conocemos hoy día, es totalmente impredecible. De la noche a la mañana, los valores que defiende una marca pueden volverse en su contra. Ejemplo de ello es la cercanía a la ideología con el Brexit en el Reino Unido o en materia de cambio climático. En este escenario, las compañías deben estar preparadas ante una crisis de estas características pero, ¿están preparadas?
“Mientras la mayoría de los directores de marketing y comunicación tienen un plan de comunicación de crisis, solo la mitad asegura que éste se encuentre al día”, cuentan desde la agencia Hotwire. De hecho, tan sólo el 10% de los responsables aseguran no tener un plan ‘anticrisis’, tal y como se desprende de su estudio Marcas con conciencia social: el liderazgo frente al nuevo consumidor B2B2C.
La clave está en no tomar este escenario solo como amenazas, sino también como “grandes oportunidades”. En el caso de tratar de manera acertada alguna de estas situaciones que están mercando la agenda política y social, pueden llegar a mejorar la reputación a grandes niveles. Además, pueden potenciar la credibilidad y generar una mejor relación con los stakeholders, alineando el negocio con un asunto que sea de interés para ellos.
LAS MAYORES PREOCUPACIONES DE LOS ESPAÑOLES
El valor en el que los responsables de marketing y/o comunicación hacen más hincapié es el acoso sexual, con el 59% de los encuestados por Hotwire. Le sigue la inmigración, con el 45%, y la corrupción financiera, con el 41%. También presentan una gran importancia la corrupción política (38%) y la protección del medio ambiente (34%).
Aun así, estas variables cambian dependiendo del país. Y es que cada cultura presenta preocupaciones diferentes. Mientras que Alemania da prioridad a la protección de datos, renta básica y salario, España lo hace a la corrupción política, acoso sexual e inmigración.