El turismo ha sido uno de los pilares sobre los que se ha sostenido la economía española durante la crisis económica y la posterior recuperación hasta representar algo más del 11% del Producto Interior Bruto del país, que en 2018 recibió un récord de 82,6 millones de turistas extranjeros, aunque mostró signos de desaceleración con […]
NacionalDirigentes Digital
| 28 may 2019
El turismo ha sido uno de los pilares sobre los que se ha sostenido la economía española durante la crisis económica y la posterior recuperación hasta representar algo más del 11% del Producto Interior Bruto del país, que en 2018 recibió un récord de 82,6 millones de turistas extranjeros, aunque mostró signos de desaceleración con un crecimiento de sólo el 0,9 por ciento respecto al año anterior.
Organismos internacionales como el FMI prevén una ralentización del crecimiento económico global, principalmente por los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, lo cual podría tener un impacto adicional en un sector turístico que ya lidia con la incertidumbre del Brexit y otros retos.
A continuación, los cinco principales riesgos que afronta el sector.
El brexit
La larga incertidumbre por la negociación para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, que recientemente se ha cobrado la cabeza de la primera ministra británica después de años de conversaciones con el bloque, ha comenzado a tener impacto en el turismo español, que recibe buena parte de sus turistas procedentes de aquel país.
Por el momento, la asociación de empresas turísticas EXCELTUR ha revisado levemente a la baja su previsión de crecimiento del PIB turístico a causa de “la prolongación de la incertidumbre del Brexit”, en un informe.
Cualquier merma en el poder adquisitivo o el consumo de los hogares británicos a causa de los efectos del brexit podría tener un impacto negativo en el turismo español, que afrontar en los próximos meses la temporada clave de verano.
Recuperación de otros mercados competidores
España disfrutó de un crecimiento sin parangón en el número de llegadas de turistas desde 2012 hasta el año pasado que estuvo impulsado por la caída en desgracia de otros mercados competidores de turismo de sol y playa en el Mediterráneo y Oriente Próximo, a causa de factores como la inseguridad política después de las primaveras árabes, la incertidumbre económica y política o las disputas regionales y territoriales.
Sin embargo, la actual estabilización de estos mercados les ha permitido volver a competir, afectando a la demanda extranjera en España al comienzo de este año.
Guerra comercial y desaceleración mundial
Otro factor a tener en cuenta es la desaceleración económica mundial, cuyo principal catalizador según organismos internacionales es la evolución de la guerra comercial entre Washington y Pekín con la imposición mutua de millonarios aranceles a un amplio abanico de bienes. La guerra comercial también afecta fuertemente a Europa, donde su locomotora económica, Alemania, casi entra en recesión.
Al igual que el potencial efecto del brexit en la economía de los británicos, cualquier vuelta de tuerca en la guerra comercial puede afectar a las decisiones de consumo de los hogares de Alemania y Francia, los otros dos principales emisores de turistas a España, o de los mismos estadounidenses.
Impuestos y rentabilidad
Ante una posible ralentización en la llegada de turistas, las empresas españolas se centran en obtener más rentabilidad. Pese al crecimiento casi plano de las llegadas de turistas extranjeros el año pasado, su gasto creció un 3,1% hasta los 89.678 millones de euros.
Conscientes de la importancia de aumentar la rentabilidad, los empresarios del sector turístico han pedido que se eviten subidas de impuestos o tasas, dentro de una serie de medidas para el afianzar a un sector que genera millones de puestos de trabajo de cara al nuevo ciclo político que se abre en España.
Cambio climático
Aunque es un factor a más largo plazo, el cambio climático también puede suponer un riesgo para el sector turístico en España. El aumento de las temperaturas podría hacer que España pierda competitividad como destino turístico a favor de otros destinos del norte de Europa, que podrían tener condiciones más favorables para la práctica de actividades al aire libre, según un informe de expertos sobre vulnerabilidades del sector turístico.