¿Qué hacer ante la rotura de un aparato electrónico? Reparar o sustituir por uno nuevo, esa es la cuestión. El Parlamento Europeo destaca que el 77% de los ciudadanos europeos prefieren reparar sus bienes antes que adquirir otro. Es por lo que aquí entra en juego la economía circular que fomenta el consumo responsable, el […]
Dirigentes Digital
| 04 dic 2019
¿Qué hacer ante la rotura de un aparato electrónico? Reparar o sustituir por uno nuevo, esa es la cuestión. El Parlamento Europeo destaca que el 77% de los ciudadanos europeos prefieren reparar sus bienes antes que adquirir otro. Es por lo que aquí entra en juego la economía circular que fomenta el consumo responsable, el aprovechamiento de los recursos y dar un mayor recorrido a la vida de los productos. Así se reduce el uso de materias primas y la generación de residuos. Todo ello por la necesidad de luchar contra la obsolescencia programada.
El consumo de aparatos electrónicos, ante una mayor oferta promovida por la rápida innovación y el descenso de costes, no hace más que crecer, con la consiguiente generación de desperdicios de este tipo. No hay que olvidar que cada año se generan en todo el planeta 48,5 millones de toneladas de basura electrónica, según los datos del Foro Económico Mundial.
La Comisión Europea ha dado un paso adelante para impulsar el “derecho a reparar” con el fin de aumentar la vida útil de los electrodomésticos. Esta propuesta anunciada, que será adoptada en 2021 en la UE, introducirá reglas para que los fabricantes proporcionen las piezas de repuesto a los técnicos que acometen las reparaciones durante un tiempo de 10 años como máximo y así dar una segunda vida a los aparatos.
Esto repercute en un doble beneficio: consumidores, quienes pueden utilizar los productos durante más tiempo además del ahorro económico de hasta 150 euros por año y para los talleres supondrá un aumento en el trabajo ya que serán los encargados de las reparaciones.
La directora general de la Asociación Europea de Consumidores, Monique Goyens, aplaude esta noticia porque “los nuevos requisitos de reparación ayudarán a mejorar la vida útil de los electrodomésticos cotidianos que actualmente fallan demasiado rápido” y, pese a que han comenzado con cinco productos, alienta a los legisladores a que reparen más categorías de productos. Porque dispositivos como smartphones, ordenadores o tablets no han sido contemplados por el momento.
El CEO de Back Market, Thibaud Hug de Larauze apunta a que medidas como conceder subvenciones o favorecer el negocio de estos talleres de reparación y reacondicionamiento supondrían un cambio en la gestión de dichos productos. “Esto aumentaría el margen de beneficios resultante de sus actividades, como ya se ha hecho en países como Suecia en donde se han reducido los impuestos a esta actividad”, aclara. Una medida que además fomentaría la reducción de los costes asociados de la recogida de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
Con ello se reduce la contaminación y la huella de carbono que generan estos dispositivos. Hug de Larauze pone un ejemplo: si se reutiliza un smartphone se evita una emisión media de 30 kilos de CO2 y se ahorran unos 12 litros de agua limpia. En un mercado cada vez más responsable con el medio ambiente y en plena Cumbre del Clima, el reacondicionamiento suma importancia, tanto para las marcas como para los consumidores.
El CEO de Back Market concluye que hoy en día alrededor del 10% de los smartphones de gama alta tienen al menos tres propietarios antes de acabar su ciclo vital, “un teléfono puede durar de media entre ocho y diez años por lo que, a pesar de estar en el buen camino queda trabajo por hacer”.