Rumanía ha doblado su producción de cereales en la última década, marcando un récord en 2018. El trigo, el maíz y el girasol son los protagonistas y la cosecha total de estos cereales ascendió a algo más de 31 millones de toneladas, según recoge Eurostat. Una cifra que el pasado 2019 también se estableció alrededor […]
NacionalDirigentes Digital
| 04 feb 2020
Rumanía ha doblado su producción de cereales en la última década, marcando un récord en 2018. El trigo, el maíz y el girasol son los protagonistas y la cosecha total de estos cereales ascendió a algo más de 31 millones de toneladas, según recoge Eurostat. Una cifra que el pasado 2019 también se estableció alrededor de las 30 millones de toneladas. Con esta cantidad, este país se sitúa en el tercer puesto del podio del continente, solo superado por Francia y Alemania. De hecho, lidera las exportaciones de girasol en la UE, cubriendo más del 50% de sus ventas en terceros países.
Las cifras no hacen más que consolidar su posición como productor y exportador de cereales en la UE. El suelo es fértil y el clima favorable. Además, la superficie cultivable gira en torno a los 9,5 millones de hectáreas y de estas, alrededor del 5% están siendo cultivadas por empresas o personas físicas extranjeras, según señalan desde la consultora FRD Center.
El ex ministro de Agricultura, Petre Daea, destacó la evolución que ha tenido este sector desde la integración del país en la Unión Europea hasta hoy y la estabilidad de la producción agrícola en los últimos tres años. Todo ello producto del trabajo de los agricultores, el aumento de las áreas irrigadas, la protección antigranizo, las tecnologías modernas que se han ido introduciendo, así como las subvenciones europeas y del presupuesto nacional. Una idea en la que coincide el ex Presidente Pro Agro, Emil Dumitru, señaló que “la agricultura de Rumanía se ha vuelto eficiente con la adhesión a la UE y sin el dinero europeo no habría sido lo que es hoy, pero todavía hay muchas cosas por hacer”.
Por otro lado, la investigación y la bioeconomía son prioridades clave en el ámbito agrario. Esto permite a los agricultores de los países miembros estar en sintonía con los estándares establecidos por la Política Agrícola Común (PAC), en especial con el medio ambiente y el clima, dijo el ex ministro de Agricultura. En este sentido, la investigación debe ir orientada a desarrollar soluciones y la modernización de sistemas de producción primaria para cumplir en un futuro con los objetivos europeos de desarrollo sostenible.
Otra de las prioridades es apoyar a las jóvenes generaciones de agricultores para mantener un entorno rural activo y sostenible, con financiación para desarrollar negocios en este sector.
La superficie orgánica en su totalidad de la Unión Europea ascendió a las 13,4 millones de hectáreas en 2018, lo que supone el 7,5% del terreno agrícola total utilizado. Los países que cuentan con mayor área orgánica fueron Austria, Estonia y Suecia, así lo refleja la oficina de estadística comunitaria.
No obstante, Rumanía junto a Malta se encuentran a la cola de los estados miembros donde las zonas de tierra asignadas a agricultura orgánica representaban únicamente el 2,4% y el 0,4%, respectivamente. En el periodo comprendido entre 2012 y 2018, el área destinada a agricultura orgánica aumentó un 13,2%, en Rumanía.
El Secretario de Estado del Ministerio de Agricultura, Daniel Botanoiu, destacó que “Rumanía debe alcanzar un área de 500 mil hectáreas certificadas en agricultura orgánica para el año 2021, dado que actualmente hay alrededor de 364 mil hectáreas”.
La importancia de este mercado es tal que desde la firma de supermercados Carrefour Rumanía se inició un programa “Grow Romania BIO” el pasado 2019 con el objetivo de apoyar a los agricultores rumanos que deseen cambiar hacia un modelo orgánico y obtener las certificaciones necesarias. El éxito es tal que en los dos primeros meses, más de 200 agricultores se inscribieron al mismo y 75 de ellos fueron elegidos para comenzar la conversión. Con ello se da un paso más hacia una mejor gestión y salud del ecosistema agrícola.