La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha supuesto un reto sin precedentes para la sociedad causando un gran golpe social y económico. Desde que se dio a conocer la existencia del virus, la comunidad biotecnológica mundial inició la carrera a contrarreloj para desarrollar tratamientos y vacunas que protejan a la población frente a la […]
NacionalDirigentes Digital
| 08 jun 2020
La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha supuesto un reto sin precedentes para la sociedad causando un gran golpe social y económico. Desde que se dio a conocer la existencia del virus, la comunidad biotecnológica mundial inició la carrera a contrarreloj para desarrollar tratamientos y vacunas que protejan a la población frente a la COVID-19.
Con ello, se puso de relieve el aporte de las ciencias de la salud y la tecnología para afrontar este desafío social y generacional y también la “importancia de disponer de capacidades de I+D+i, manufactura o fabriles en España en un sector tan ágil como este porque te permite responder de forma rápida a esos retos y tener capacidad tanto de suministro como de desarrollo”, explicó a este medio el director general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), Ion Arocena.
En este sentido, el sector en los últimos meses ha reorientado sus capacidades a la búsqueda de soluciones frente a la COVID-19. Arocena comenta que, por ejemplo, en Asebio cuentan con compañías que se centraban en soluciones para veterinaria y cuando emergió el coronavirus cambiaron su enfoque para desarrollar tecnologías diagnósticas frente a la COVID-19. “La biotecnología no es solo la orientada a la salud humana“, también estudia soluciones para hacer que los cultivos sean más resistentes a las sequías, más eficientes y productivos o contribuye al desarrollo de biocombustibles de origen renovable. También se engloba aquí a aquellas empresas que trabajan en la bioeconomía o las centradas en la biotecnología industrial, entre otras.
Este sector, que aporta en torno al 0,7% del PIB y genera 92.000 puestos de trabajo, siempre ha estado marcado por una “vocación internacional”, que le ha permitido estrechar relación con otros estados y contribuir a crear esa marca país en el exterior. Sin embargo, en el interior de España se dedica un porcentaje más bajo a I+D+i que los países de su entorno. “La realidad es que el sistema español de ciencia e innovación no se corresponde con el potencial económico de nuestro país”, recalca Ion Arocena. De hecho, el sistema ha retrocedido quince años y no ha recuperado los niveles previos a la crisis de 2008. “Si no somos capaces de mantener un marco estable de incentivos y un esfuerzo inversor a medio plazo, en el momento en que se retira ese esfuerzo el sector sufre serios daños, lo que refleja esta realidad donde desgraciadamente España se ha quedado atrás”.
España necesita impulsar la ciencia y la innovación como un motor de bienestar social y desarrollo económico y, en ese sentido, tenemos una oportunidad en este momento para abordar este desafío desde una perspectiva integral
Se trata de ámbito dinámico y con potencial y durante esta crisis se ha producido una aceleración drástica de los procesos de investigación y desarrollo, “pero se tiene que ubicar en el centro de la estrategia de reconstrucción del país para conectarla con los retos que hay por delante”. Esta es una de las ideas en las que más se incidió en el seminario online organizado por Ayming bajo el leitmotiv Biotecnología: ahora o nunca. “La falta de presupuesto en un porcentaje adecuado para investigación y desarrollo en comparativa a otros países es un problema endémico en España“, pronunció el CEO de Canaan, Enrique Sainz. De esta forma, recuerda ejemplos de otros países como Alemania que en momentos de crisis lo que hicieron siempre fue aumentar ese gasto porque está demostrado que tras situaciones críticas es lo más adecuado.
En este sentido, desde Europa hay algunas respuestas positivas. Como por ejemplo la Comisión Europea, que a través de la plataforma de Corona del Área Europea de Investigación (ERA) ha puesto a disposición pública una página con información sobre oportunidades de financiación en relación con el coronavirus dentro del programa Horizonte 2020.
De hecho, establecer una estrategia española en ciencias de la vida e innovación es una de las propuestas planteadas dentro del manifiesto que lanzaron desde Asebio hace unos meses. Uno de los factores fundamentales para articular esto es la colaboración público-privada. Una cooperación que la subdirectora general de AlgaEnergy, María Segura, califica como “clave para el desarrollo de la industria emergente y de la sociedad en general” y recuerda que el tejido empresarial se alimenta del conocimiento que se genera en Universidades y centros de investigación públicos, unos resultados que son de gran valor para las compañías.
En suma, el VP Business Mindset de The Venture City, Daniel Yuste, apeló a tener más consciencia que nunca sobre la relevancia de la Biotech y las ciencias que salvarán la vida de las personas. “Llevamos muchos años de transformación digital en otros ámbitos y ahora le toca a la biotech ser el actor relevante en la innovación tanto para las personas como a nivel de producto, ser punta de lanza y el reflejo de muchos otros paradigmas y marcar el futuro.