Antes de que la Unión Europea aprobara el fondo ‘Next Generation EU’ el verano pasado ya se planteaba liderar la transición ecológica. Pero ese compromiso pretende llevar su desarrollo a un nuevo nivel, de manera que un importante porcentaje de esos fondos tendrán que dedicarse obligatoriamente a la transición ecológica, en concreto un 37%. Al […]
NacionalDirigentes Digital
| 19 abr 2021
Antes de que la Unión Europea aprobara el fondo ‘Next Generation EU’ el verano pasado ya se planteaba liderar la transición ecológica. Pero ese compromiso pretende llevar su desarrollo a un nuevo nivel, de manera que un importante porcentaje de esos fondos tendrán que dedicarse obligatoriamente a la transición ecológica, en concreto un 37%.
Al calor de esa tendencia, España quiere aprovechar sus ventajas comparativas frente al resto de Europa: tiene más sol que nadie, una tecnología avanzada y una amplia superficie para plantar paneles fotovoltaicos, entre otras herramientas. En todo caso, los expertos analizan cuáles son los puntos que debe atender.
En un debate reciente organizado por APIE, la Universidad de Alcalá de Henares y el observatorio de finanzas Orfin, el investigador principal y director del programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano, Gonzalo Escribano, advirtió de que “a España le va mucho en esto”. No solo por una motivación económica. Escribano avisa de que “España es el país que más va a perder por el cambio climático y el que más mortalidad va a sufrir”.
En ese sentido, el investigador de Elcano anticipa “olas de calor de 40 días” así como otros datos “espeluznantes” que pueden darse si no se revierte el cambio climático. En cualquier caso, cree que la clave está en avanzar en la concienciación y apostar por los incentivos para reducir la huella de carbono. Además, lamenta que “cuidar del planeta sea de izquierdas y que destrozarlo sea de derechas”, aunque reconoce que existe una base social amplia para que la política tenga consenso en este tema.
En ese debate también participaron otras voces autorizadas en el sector de la energía. Javier Calleja, consejero delegado de Solaris, apunta que “la descarbonización del transporte es fundamental”. Se calcula que el 14% de las emisiones contaminantes a nivel mundial proceden de dicho sector, aunque en Europa ese porcentaje asciende al 23%.
“El transporte hay que descarbonizarlo y si no, no conseguiremos los objetivos”, advierte. Calleja considera que el transporte tiene la tecnología lista para poder hacer grandes cambios en el sector del transporte: “Ha cambiado menos de lo que debería”. Así, apunta que en otros sectores no tienen unos avances tan significativos como para poder transformar sus modelos. No obstante, añade que también debe haber una reflexión sobre la configuración de las ciudades.
María Prado, responsable de Energía Climática y Transición Ecológica de Greenpeace España, añadió que el objetivo de llegar a cero emisiones tiene que alcanzarse cuanto antes. El cambio tiene que ser “progresivo y sin trampas” porque “los cambios que necesitamos son profundos y sistémicos”. Entre esas modificaciones enumeró actividades tan diversas como el consumo, el transporte, la movilidad, la edificación, la agricultura o la ganadería.
En su opinión, esa casuística obliga a diseñar un “enfoque integral y ambicioso” que acabe con las “subvenciones encubiertas” a las industrias fósiles. Prado cree que debe avanzarse en una fiscalidad verde: “El que contamine tiene que pagar”. A la vez, lamenta que en los diversos rescates que se han efectuado no se haya incorporado una “condicionalidad ambiental”, y señala en especial a los de las aerolíneas y las compañías automovilísticas.
Por su parte, Óscar Pérez, socio del inversor QEnergy, cree que España “ha descubierto petróleo” en la generación de energía solar. “Tenemos un recurso solar mucho mejor que en el resto de la Unión Europea, los países competidores están un 20% por debajo en ese aspecto”, señala. Por eso, Pérez estima que la apuesta debe estar en ese “recurso diferencial, tecnología más barata y en la superficie agraria útil” para hacer de España un productor de energía verde.
Como inversor, diferencia entre una primera fase en la que los fondos más arriesgados se acercaban a las energías renovables, con unos intereses más altos. En esta época, Pérez dice que se observa una consolidación del mercado, dado que el tipo de inversor es menos tendente al riesgo. En todo caso, el obstáculo de este tipo de energía es que “requiere mucha inversión inicial para unos activos que generan retorno a largo plazo”.
En cuanto a Carmen Becerril, vicepresidenta ejecutiva de OMIE, piensa que “los nuevos desarrollos digitales van a apoyar ese nuevo modelo energético que estamos avistando”. Asimismo, destaca que la Unión Europea ha ampliado su apuesta con la sostenibilidad, sobre todo a partir de 2015. Desde su punto de vista, el desarrollo de las renovables permite llegar “a un oasis después de muchos años”.
En un primer momento, la energía renovable “era parte de la diversificación, no el core de la producción de electricidad”. Ahora, “las empresas ponen el foco en instalaciones renovables que puedan dar seguridad al suministro eléctrico que atiende a nuestras sociedades”, resume Becerril.