Los máximos dirigentes empresariales y políticos iberoamericanos se reúnen en el Principado de Andorra para analizar la respuesta conjunta de sus países. Con diferencias, las empresas de un lado y otro del Atlántico afrontan una crisis sanitaria que ha devenido en crisis económica y que ha puesto de relieve las debilidades de todos. La secretaria […]
NacionalDirigentes Digital
| 19 abr 2021
Los máximos dirigentes empresariales y políticos iberoamericanos se reúnen en el Principado de Andorra para analizar la respuesta conjunta de sus países. Con diferencias, las empresas de un lado y otro del Atlántico afrontan una crisis sanitaria que ha devenido en crisis económica y que ha puesto de relieve las debilidades de todos.
La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, destacó durante la inauguración este lunes que el virus “ha tenido efectos diferenciados entre países y también en el interior de los mismos”. Eso quiere decir que la crisis ha golpeado más a unos países que otros, en función de sus características y capacidad para dar respuesta. “La coyuntura se ha encontrado con la estructura”, aclara Grynspan, en referencia a los “déficits estructurales” que han aflorado.
Entre ellos, la secretaria general menciona la economía informal, las desigualdades, la pobreza, así como las diferencias entre la asistencia pública, tanto a nivel sanitario como en protección social. No obstante, cree que esta crisis será un punto de partida para que lo público se revalorice, en particular la acción conjunta que hacen la ciudadanía, los gobiernos y el sector privado.
Antonio Garamendi, presidente de CEOE, también hizo alusión a la “multitud de retos” que existen incluso para la celebración de esta XIII Cumbre Iberoamericana. En todo caso, como a la propia crisis, las organizaciones se han sobrepuesto y, en particular, Garamendi alaba el comportamiento de las empresas, por su “esencial contribución en la creación de empleo”.
Durante su intervención, el líder de la patronal española ha pedido “responsabilidad” a los dirigentes políticos para que ejecuten su liderazgo de una forma comprometida y transparente con la sociedad. En este contexto de crisis, Garamendi cree que “no es solo un obstáculo”, sino que representa una “oportunidad para hacer las reformas e inversiones necesarias para hacer la región más competitiva, resiliente y sostenible”.
Por su parte, Erol Kiresepi, Presidente de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), mostró su preocupación por la “incertidumbre constante que afronta el sector empresarial”. En esa línea, anima a las empresas a “afrontar con ambición el reto de transformarse y adaptarse a las nuevas realidades que el entorno económico demanda”. Prueba de que ya lo están haciendo es la adopción de la digitalización, el teletrabajo y las plataformas digitales para “mantener los negocios a flote”.
En cuanto a la innovación, uno de los aspectos clave que sobrevuelan la cumbre, Kiresepi apunta que “debería servir para enfrentarse a varios retos: la economía informal, la pobreza y la baja productividad”. Para afrontar esos retos, el presidente de OIE pide un cambio en los modelos productivos, de forma que se adapte y sea “más acorde a los retos actuales”.
En cuanto a Antonio Saraiva, de la Confederação Empresarial de Portugal (CIP), distingue que el papel de las organizaciones empresariales es “evaluar la política económica y hacer propuestas para las políticas que más afectan a las empresas”. No obstante, esa no es la única responsabilidad de la patronal, sino que en el caso de CIP, también se desarrolla “información, formación y promoción de toda la actividad empresarial”.
En cuanto a la superación de la crisis, Saraiva habla de fomentar la “internacionalización, la innovación empresarial, la digitalización y sostenibilidad”. Esos cuatro ejes necesitan que se garantice la “capacitación digital de las personas”, de forma que el tejido productivo consiga ser más rápido y efectivo a la hora de crear puestos de trabajo de mayor valor añadido.