600.000 empresas se acogieron a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para enfrentar la crisis de demanda que representó el primer confinamiento, así como las posteriores restricciones. La actividad decayó de golpe y las compañías no tuvieron más remedio que poner en pausa a sus trabajadores, de modo que más de 3 millones […]
NacionalDirigentes Digital
| 06 may 2021
600.000 empresas se acogieron a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para enfrentar la crisis de demanda que representó el primer confinamiento, así como las posteriores restricciones. La actividad decayó de golpe y las compañías no tuvieron más remedio que poner en pausa a sus trabajadores, de modo que más de 3 millones supieron lo que significan las siglas ERTE.
Ahora, en mayo se sabe que el mes pasado acabó con 640.000 trabajadores utilizando este mecanismo de protección del empleo, que en su mayoría pertenecen a sectores especialmente afectados por las restricciones como el comercio, el turismo y la restauración. Desde que se pusieron en marcha, la evolución de la pandemia ha influido en el uso de esta herramienta, ya que por ejemplo en febrero se alcanzó el máximo del año, con cerca de un millón de trabajadores en ERTE, justo en plena tercera ola.
En este momento se está cerca del mínimo registrado a lo largo de la pandemia, lo que hace pensar que, si esta no termina, todos esos empleos acabarán desapareciendo o formando parte de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). Esa es una de las opiniones generalizadas con respecto a las consecuencias de la pandemia, que ya se ha observado con numerosas empresas reestructurándose o anunciando planes para hacerlo.
Los datos que se tienen en la actualidad hacen que los principales miembros del Gobierno nieguen que los ERTE puedan convertirse en ERE. Más bien, los planes para reducir plantillas responden a procesos de reestructuración que se acometen aprovechando que se reduce la cifra de negocio.
Para el Secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo, “si algo muestran los ERTE es que la voluntad de las empresas es atravesar esta situación y recuperar la actividad”. Ese es el fin para el que fueron creados, pero eso no significa que pueda haber una traslación de ERTE a ERE.
En todo caso, Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo, descarta que se pueda producir una “avalancha de ERTE”. “No lo detectamos”, comenta. No obstante, aclara que “hay que hacer una distinción entre los ajustes de tipo estructural que no tienen que ver con el mal funcionamiento de los ERTE”.
En ese aspecto, Pérez Rey quiso lanzar una crítica a las empresas que están anunciando sus planes “justo en el momento en que el país necesita un compromiso con el empleo”. “Hay algunos ajustes significativos de personal no relacionados con la crisis sanitaria cuya oportunidad es cuestionable”, reflexiona el secretario de Estado. Aun así, insiste en que “no tenemos datos que corroboren una traslación de los ERTE a los ERE”, algo que confirma Arroyo al decir que “si hubiera una avalancha tendría traducción en los datos de empleo que no se está viendo”.