La economía mundial se asoma al final de la crisis, al menos en los países más avanzados. Tanto los estímulos como la vacunación formarán parte de la salida de la pandemia, si bien no todos los estados han podido acceder a los sueros ni han podido inyectar dinero en las economías. Los economistas encuestados por […]
NacionalDirigentes Digital
| 01 jun 2021
La economía mundial se asoma al final de la crisis, al menos en los países más avanzados. Tanto los estímulos como la vacunación formarán parte de la salida de la pandemia, si bien no todos los estados han podido acceder a los sueros ni han podido inyectar dinero en las economías.
Los economistas encuestados por el Foro Económico Mundial (WEF en sus siglas en inglés) dan cuenta de los “caminos diferenciados” que se han abierto entre los diferentes países. En la última encuesta del WEF, señalan precisamente el acceso a las vacunas y los recursos financieros como la principal disparidad.
No obstante, los países con ingresos altos están registrando subidas en los mercados bursátiles y en las materias primas, por lo que “da la impresión de que la suerte de la economía mundial está mejorando”, dice el WEF.
Esas razones hacen que los economistas consultados por la organización internacional se inclinen a pensar que el crecimiento mundial será del 5,5% al 6% en 2021. Incluso se aventuran a avanzar una expansión aún mayor, lo que, en todo caso, supondría que la recuperación de todo lo perdido en 2020 llegaría en la primera mitad de 2022.
A pesar de que existan motivos para el optimismo, advierten de que los problemas en el mercado laboral no se resolverán tan rápido. El mercado de trabajo ha sufrido durante la crisis “y los puestos de trabajo no se cubren en las economías avanzadas”, así que aún se tardará tiempo en recuperar la normalidad en ese aspecto.
El informe del WEF hace especial hincapié en los recursos desplegados por los tres principales actores internacionales. “En los países de renta alta, la recuperación hasta la fecha se ha visto favorecida por el generoso apoyo de los gobiernos”, resume.
A ese análisis, se añade que “aunque las medidas de emergencia se han considerado en general adecuadas y oportunas, han surgido dudas sobre la proporcionalidad y el poder transformador de los paquetes de estímulo”. De hecho, se recalca que “las medidas varían mucho” pero se hace especial énfasis en la escala que han tenido con respecto a las brechas de producción y a “su nivel de ambición para la transformación económica y social”.
Es en ese punto donde el Foro hace su principal crítica: “Los encuestados consideran que las medidas de estímulo presentadas por la UE y China son proporcionales a las brechas de producción existentes, las de EE.UU. se consideran desproporcionadamente grandes”.
Para muestra, la comparación de lo que representan con respecto al PIB. Mientras en China se lanzaron impulsos del 4,7% y en Europa del 10%, en Estados Unidos ese gasto asciende a casi el 25% del PIB. Para los economistas, la diferencia es que los de Estados Unidos y China no son planes lo suficientemente transformadores.
Dicho de otro modo, “el alcance transformador de los paquetes se considera moderado en los tres casos”, si bien el de la Unión Europea se encuentra “ligeramente por delante”, reconocen. De hecho, en China y Estados Unidos resulta mayor el apoyo a corto plazo que su impacto a largo plazo, algo que se invierte en el caso del Viejo Continente.