Las compañías que integran el Ibex 35 no cuentan con un grado de digitalización insuficiente, pero tampoco alcanzan el sobresaliente. Esta es una de las principales conclusiones del informe Índice de digitalización del Ibex 35 Análisis por sectores 2020-2021, que pretende ofrecer una radiografía real del nivel de desarrollo en este ámbito de las empresas […]
Dirigentes Digital
| 27 jul 2021
Las compañías que integran el Ibex 35 no cuentan con un grado de digitalización insuficiente, pero tampoco alcanzan el sobresaliente. Esta es una de las principales conclusiones del informe Índice de digitalización del Ibex 35 Análisis por sectores 2020-2021, que pretende ofrecer una radiografía real del nivel de desarrollo en este ámbito de las empresas con mayor capitalización bursátil de España, dado el peso dentro de la economía nacional.
A través de una serie de entrevistas “en profundidad” con los principales dirigentes de 19 compañías, con las que se pretende obtener un conocimiento cualitativo y cuantitativo de la “madurez digital” de los diferentes sectores productivos, se extrae que el grado de implantación tecnológica es un proceso transversal, inherente a todas las áreas de una organización, con variaciones en función del mercado en el que desempeñan la actividad. De una escala que va del uno al diez, todos oscilan entre los rangos moderado, avanzado y muy avanzando, aunque ninguno llega a la máxima puntuación.
Así, construcción, inmobiliario y farmacéutico se sitúan en la banda baja con una puntuación de 6,1 puntos. Le siguen industria, que se encuentra entre moderado y avanzando con un 6,3 y energía, que se acercaría al notable (6,9). Tan solo superan el 8, tecnología y telecomunicaciones, que obtendrían 8,2 y 8,1, respectivamente, pero “aún lejos del sobresaliente”. En el documento precisan que se han analizado siete sectores, del que ha sido excluido la banca, al participar tan solo una compañía.
Pese a estas diferencias, todas tienen muy presente la digitalización en su estrategia de negocio. De hecho, el 95% cuenta con un plan definido de manera concreta en este sentido y ha puesto en marcha acciones para llevarla a cabo, con discrepancias en el enfoque. Mientras algunas han optado por una vía específica, otras precisan que su hoja de ruta es mucho más global e incorporan la digitalización de manera intrínseca. Sin embargo, coinciden en que para cumplir con ello se han visto obligadas a realizar “notables inversiones” en recursos. A modo de ejemplo, se detecta un mayor uso de tecnologías como big data, inteligencia artificial o la nube, directamente ligadas también a una mayor inversión en ciberseguridad, innovación interna e innovación abierta. Además, la mayoría (68%) se han apoyado en colaboradores externos para concretar estas iniciativas.
Con todo ello, resulta revelador que el 63% de los encuestados manifieste no haber cambiado de manera significativa su modelo de negocio en los últimos dos años o simplemente haber utilizado las herramientas digitales para impulsar alguna estrategia o mejorar la relación con sus clientes. Esta situación descansa en el hecho de que las tecnologías digitales “no han impactado de forma relevante en su modelo de negocio”, ya que este sigue siendo el mismo, solo que se apoya en los avances para crear nuevos productos y servicios más personalizados y sofisticados, además de procesos más sostenibles.
Los encuestados son conscientes de que la transformación en clave digital lleva implícito un cambio en la mentalidad de todo el equipo que permita trabajar con nuevas metodologías, motivo por el que insisten en la importancia de involucrar a los miembros de la dirección en este proceso, incluido el CEO. Partiendo de esta base, tres cuartas partes optan por modelos centralizados a la hora de organizar esta metamorfosis, cuyo primer paso radica en la digitalización de los procesos internos para ser más eficientes. La transición hacia metodologías ágiles, la digitalización de la cadena logística, los procesos relacionados con la comunicación interna o el uso de los nuevos canales de comunicación entre empleados o de plataformas de trabajo en equipo son algunos de ellos.
“El 63% de los encuestados manifiesta no haber cambiado de manera significativa su modelo de negocio en los últimos dos años”
En lo que respecta al área de Recursos Humanos, casi la práctica totalidad emplea aplicaciones específicas para gestionar la operativa del departamento y una cuarta parte dispone de aplicaciones básicas con las que automatizar gestiones sencillas. Las más comunes son la formalización de contratos, el pago de nóminas, el control de la jornada laboral y las ausencias o el seguimiento de los trabajadores.
Nada de lo anterior hubiera sido posible sin las personas. Conscientes de esta situación, el 84% de las cotizadas prioriza en los procesos de selección aspectos como los conocimientos digitales, las habilidades blandas (soft skills) o la capacidad de aprendizaje de los candidatos. Si bien el 74% lleva a cabo programas de formación entre su plantilla que les permitan adaptarse al contexto actual, se da la paradoja de que el 63% “no conoce con exactitud” las capacidades digitales de su equipo, a pesar de realizar encuestas para conocer el estado de digitalización. La respuesta podría descansar en el hecho de que tan solo un 26% procede a analizar estos resultados e implantar mejoras.