Sin duda, el mercado laboral en España ha mejorado. Se ve en el mayor número de contratos fijos y en la bajada significativa del paro; en la tasa menor del abandono escolar y en la mejora de los sueldos en algunos sectores debido al aumento del salario mínimo y de la demanda. A pesar de […]
NacionalDirigentes Digital
| 10 jun 2022
Sin duda, el mercado laboral en España ha mejorado. Se ve en el mayor número de contratos fijos y en la bajada significativa del paro; en la tasa menor del abandono escolar y en la mejora de los sueldos en algunos sectores debido al aumento del salario mínimo y de la demanda. A pesar de esto, sigue habiendo mucha economía sumergida, así como precariedad en algunas partes de la economía como es la hostelería, el turismo y la construcción. Así, este verano muchos grupos como Meliá buscan personal y no lo encuentran. Esto es debido a que ahora el trabajador tiene más posibilidades y, también, más ayudas para permitirse no hacer nada.
"Todas las ayudas otorgadas en la pandemia han acomodado a la gente”, cree Pilar Llácer, experta en recursos humanos y docente en EAE Business School. Ella piensa que hay un problema en la formación escolar y profesional de los jóvenes como ha detectado también la ministra de Trabajo varias veces. “Estamos sobreeducando a nuestros hijos en teoría y hay cierta titulitis en España, mientras la formación profesional y el aprendizaje práctico están infravalorados. Tenemos un problema de matching de la oferta con la demanda”, ha dicho Yolanda Díaz a raíz de la reforma laboral hace unos meses.
Hay que escuchar a los jugadores del mercado laboral, a todos para mejorar la situación. De este modo, el cofundador de Telepizza, Ricardo Garrastazu, tiene una muy buena visión de los problemas y retos. Tiene un restaurante de alta gama en Madrid y, además, una agencia de headhunting para comerciales. Aunque ve mejoras en algunos aspectos se muestra pesimista en lo que concierne a las perspectivas económicas para España y su impacto en el mercado laboral.
Hoy en día, las empresas deben tener claro el perfil que buscan en función del producto y tipo de cliente que tienen. Ese perfil es la clave para lograr una buena integración del comercial a la empresa. Si se crea ese ajuste entre las dos partes -empresa vs trabajador-, el resultado será bueno. Si por el contrario no se produce ese óptimo encaje pronto se producirá la fatídica rotación que tanto daño hace a empresas y trabajadores. Yo siempre pongo el ejemplo de que no puedes comprar merluza a precio de pescadilla. Lo mismo pasa en las empresas. Si necesitas un perfil que el mercado lo paga a "x" y tu ofreces menos, lo normal es que ese perfil tienda a rotar.
Si calculamos los costes totales del trabajador, incluyendo los costes de la Seguridad Social para la empresa -15,5% para Alemania y 34% para España-, la diferencia en coste/hora es de 9,3 euros en España y 13,8 euros en Alemania. Es decir, un 71% más en Alemania sin cálculo de Seguridad Social y un 48% más incluyendo costes de la Seguridad Social. Evidentemente la diferencia es enorme y para tratar de corregirla es necesario tiempo, pero también lograr un ajuste de esos costes de la Seguridad Social para que la empresa pueda pagar más al trabajador sin que le afecte en su coste total y, paulatinamente, con tiempo ir jugando con incrementos en precios de forma moderada que se unan en paralelo con aumentos salariales.
Ciertamente, es uno de los sectores de máxima dificultad para la contratación y de los de más rotación y precariedad. Hay que tener en cuenta que este trabajo une lo que menos desea un empleado que es trabajo a tiempo parcial y concentrado en fines de semana por la noche. Antiguamente, era un trabajo para estudiantes que querían ganar algo de dinero para sus estudios o sus gastos, pero actualmente ese perfil cada vez es más minoritario y ha variado al perfil de migrante que necesita más horas de trabajo -suelen tener varios trabajos-, para cubrir las necesidades económicas de su familia. He leído que se están haciendo pruebas con robots pero, ciertamente, lo veo complicado que se estandarice a medio plazo, quizás en zonas muy cercanas del establecimiento al punto de entrega sea más factible a corto plazo.
Normalmente nos solemos fijar en los restaurantes que van bien y entendemos que a todos les va igual. La realidad es bien distinta. Actualmente los márgenes del negocio se acortan mucho. Por un lado, sube el importe de la “materia prima” de forma muy acusada, al mismo tiempo tienes que ajustar salarios para mantener al buen camarero que suele ser sinónimo de buen servicio. Actualmente, la factura de electricidad se ha disparado, el precio de los alquileres sigue subiendo y no es fácil trasladar ese incremento en costes y gastos al cliente final. Estamos en un momento muy complicado para la restauración
Muchos de ellos llegan ya con experiencia de sus países de origen. La formación en hostelería no es tan académica. Aunque existen centros de formación muy buenos, es más paulatina. Es decir, el camarero o cocinero con más experiencia enseña al nuevo.
Es un tema de actualidad. La única opción de poder contar con buenos trabajadores en la hostelería es ofreciendo un salario y condiciones de trabajo adecuadas al esfuerzo que realizan y al sacrificio de la pérdida de vida social por el trabajo de fin de semana. Si un trabajo de lunes a viernes está igual pagado que uno de fines de semana, está claro que cada vez menos gente quiere trabajar en hostelería. No queda más remedio que subir sueldos y que el cliente del restaurante acepte un incremento en su factura.
Cada vez menos. Tengamos en cuenta que para que haya economía sumergida tiene que existir dinero en efectivo y en la actualidad los pagos en efectivo se han reducido drásticamente contra otros medios de pago como la tarjeta, por ejemplo.
Creo que estamos viviendo una época muy convulsa y llena de interrogantes. Los indicadores económicos marcan una situación francamente difícil para España con una deuda pública desbocada, el fin de la compra de nuestra deuda por parte del BCE, la inflación en máximos y con peores previsiones, tipos de interés creciendo, coste eléctrico disparado, índice de precios industriales en ascenso… Además, los españoles nos hemos caracterizado históricamente como los amantes del riesgo económico. Todos queremos casa propia, coche bueno, vacaciones de lujo y nos olvidamos de tener un colchón económico para épocas de vacas flacas como la actual. En resumen, la situación económica la veo complicada y con difícil arreglo a medio plazo.