Conocer el entramado de subvenciones y bonificaciones públicas disponibles para las empresas es fundamental para garantizar el crecimiento del negocio. Más aún cuando se están repartiendo el grueso de las ayudas europeas activadas a raíz de la pandemia. Entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2022 se han repartido 141.800 […]
NacionalDirigentes Digital
| 20 feb 2023
Conocer el entramado de subvenciones y bonificaciones públicas disponibles para las empresas es fundamental para garantizar el crecimiento del negocio. Más aún cuando se están repartiendo el grueso de las ayudas europeas activadas a raíz de la pandemia. Entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2022 se han repartido 141.800 millones en subvenciones procedentes de los fondos Next Generation.
En este plazo, se han adjudicado más de 22 millones de concesiones por parte de todas las administraciones. DIRIGENTES entrevista a Lluís Mesquida, Coordinador Consultoría Leyton Iberia sobre los diferentes planes existentes para empresas que realicen actuaciones para ganar en eficiencia energética.
Sí que existen. Hay varias ayudas a la implantación y la inversión para conseguir el ahorro energético: el Programa de Rehabilitación Energética de edificios (PREE). Ahora hay una segunda fase, el PREE 5000, que está dirigido a núcleos urbanos de menos de 5.000 personas y que tienen una dotación bastante grande. Las inversiones que principalmente financia son para la envolvente del edificio, tanto para empresas como para particulares, como la inversión en sistemas de climatización que sean punteros, que introduzcan aerotermia, geotermia u otro sistema de eficiencia energética innovador.
Lo más interesante es que ofrecen hasta el 75% de la inversión en forma de subvención a fondo perdido, pero no son muy conocidas. El usuario final se entera muchas veces por el que le ejecuta la obra, que le informa de la posibilidad de subvencionar el presupuesto. Pero hay veces que las constructoras o rehabilitadoras no lo saben Hay que tener claro que no hay un dispositivo concreto, hay muchos y atacan a distintas líneas. El PREE sería para ahorro energético, pero hay otros que gestiona el Instituto de Eficiencia Energética (IDAE) a través de las CC.AA., como la sustitución de maquinarias con alto consumo de energía. Si la cambias por otra más eficiente, puedes obtener una subvención a fondo perdido de entre el 20 y el 40%.
Estas ayudas son en forma de subvención, en la que tienes que realizar una solicitud de la subvención antes de ejecutar la inversión. Hay una segunda para empresas que instalen placas fotovoltaicas, ya que hay municipios que subvencionan el IAE (por poner placas, se consigue un ahorro en este impuesto).
Normalmente, el nivel que gestiona las ayudas a las empresas es el autonómico, pero los fondos vienen de la Unión Europea porque marcan la tipología de inversiones se quieren priorizar. Además, existe un Fondo Nacional de Eficiencia Energética al que contribuyen las principales distribuidoras de energía, que anualmente están obligadas a aportar dinero dependiendo del volumen de energía que venden.
De este paquete de dinero también se nutren las administraciones para favorecer e incentivar el ahorro energético. Ahora, en 2023, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo tiene previsto lanzar un sistema de certificados de ahorro energético, tanto para particulares como para empresas que tendrá compatibilidad con otras ayudas que existan en ese momento. Lo que viene a representar ese certificado es que, como particular o empresa, si ejecutas una mejora de eficiencia energética, bien la envolvente del edificio o el sistema productivo, habrá una certificación que te diga cuánta energía al año te ahorra esa inversión. Con ese certificado, podrás ir a un mercado y te darán un dinero por venderlo.
Ahora se está estableciendo unos valores de referencia energía ahorrada/euros, pero es un sistema que funciona muy bien en Francia y que se quiere implantar en España. La Agenda 2030 va a subir las obligaciones de eficiencia energética, por lo que necesitan nuevos incentivos para potenciar esas inversiones.
Las estrellas serían las de autoconsumo, de energías renovables, sobre todo la solar y la solar con baterías. Son las principales que se están tramitando a día de hoy, junto con las de PREE 5000, con actuaciones en envolvente de edificios. También hay otra, la de eficiencia energética en plantas productivas.
La de los certificados de ahorro energético es de las más potentes porque al final lo que hace es conseguir que la inversión que quieres hacer te la financie una entidad privada. Es decir, lo que hace la Administración es poner un mercado público al que puedan acudir inversores y gente que necesita hacer una rehabilitación, que se puedan conocer y puedan ayudar.
Las envolventes de edificios, por ejemplo, suelen ser bastante caras, por lo que necesitas una inversión. En las ayudas actuales, envías la solicitud y ejecutas la inversión. Por lo tanto, avanzas el dinero y luego acabas de cerrar la ayuda y recibes el dinero. Lo que pasa es que para particulares y empresas que no tienen mucha tesorería les puede suponer un agravio y decidir no hacerlo, ya que al final las inversiones de esta tipología no suelen ser críticas para el día a día.
En Francia, Leyton participa en la financiación. Tenemos un vehículo dispuesto, a través del cual le facilitamos la financiación, avanzando el dinero al consumidor final para que pueda ver el ahorro desde el momento que hace la inversión, porque sabemos que va a haber un retorno a través de todo este sistema de certificados de ahorro energético.
La Administración va a hacer un listado de actuaciones y estandarizarse. Si estás poniendo un ladrillo de una tipología o si estás poniendo un aislante de una tipología o de otra, pues se va a calcular ese ahorro, y la Administración va a poner unos precios de partida para determinar su valor en euros. Pero luego, el mercado lo irá modificando en función de la oferta y la demanda que exista. Así, se irá regulando. Además, la propia Administración Pública va a sacar a subasta megavatios de energía de ahorro. Es decir, va a determinar el ahorro energético que necesita España. Y el que puje por menos dinero, se lleva esas obligaciones de ahorro energético, que se configurarán a través de los certificados.
Sí, porque pueden delegar la tramitación, que es una carga de trabajo importante que podemos hacer en empresas como Leyton. También porque son actuaciones que van a acabar siendo obligatorias, por lo que, cuanto más tardes en hacerla, más coste va a tener para la empresa. Cuanto antes empiecen las empresas a hacer este tipo de actuaciones, menor coste tendrán a largo plazo por el menor coste energético. Además, hay que añadir que van a recibir antes la ayuda y que cumplirán antes con los requisitos que se están marcados en cuanto a sostenibilidad y eficiencia.
Dentro del Plan de Transformación y Resiliencia hay un eje estratégico de energía y sostenibilidad y, hay PERTES que se dirigen a energía, como la del coche eléctrico que saldrá para 2023-2024, o la de hidrógeno, dirigidas a agrupaciones de empresas, que buscan proyectos tractores liderados por una gran empresa, pero en la que también participan pymes. Además, dentro de los PERTES, hay una categoría de innovación y otra de inversión en infraestructura (puntos de carga o estaciones en caso de los coches eléctricos, por ejemplo).