El centésimo aniversario de YPF (ex-Repsol) -que se cumplió el viernes 3- encuentra a Argentina en un escenario de desabastecimiento de combustibles que inquieta tanto por su impacto en la economía como por la proximidad de un invierno que se anuncia helado después del otoño más frío de los últimos 62 años. Además, “hay peligro […]
NacionalDirigentes Digital
| 06 jun 2022
El centésimo aniversario de YPF (ex-Repsol) -que se cumplió el viernes 3- encuentra a Argentina en un escenario de desabastecimiento de combustibles que inquieta tanto por su impacto en la economía como por la proximidad de un invierno que se anuncia helado después del otoño más frío de los últimos 62 años.
Además, “hay peligro de perder la cosecha”, advirtió la semana pasada el gobernador de Salta, una provincia productora de soja y maíz, granos que integran el principal catálogo argentino de materias primas. El político también alertó sobre la desmovilización de ambulancias y del transporte en general por la misma causa.
La advertencia tiene números concretos. El Departamento de Agricultura de EEUU (USDA), que mide la oferta y demanda globales, había previsto que Argentina produciría este año un 21,4% más de soja que en 2021, para llegar a 51 millones de toneladas, un aumento que en la región se conoce como “boom de las commodities”.
Ese pronóstico ahora está en riesgo y el llamado de atención alcanza también a la cosecha de caña de azúcar, limón, maíz y yerba mate, cuya producción utiliza el diésel tanto para hacer funcionar las máquinas de trabajo como para transportar lo producido por carreteras hasta los silos y puertos.
En varias regiones del país ya son comunes las caravanas de camiones para comprar diésel en surtidores de YPF, empresa que atiende al 55% de la red nacional. Además de a una mayor actividad agroindustrial (+15%), el aumento de la demanda se debe a una cantidad “extraordinaria” de vehículos extranjeros (+30%), dijo la ex-Repsol.
Argentina importa un 30% del total de diésel que consume. Ante el desabastecimiento -agravado por la guerra en Ucrania-, el Gobierno anunció que va a “importar más”. “Tenemos los dólares que hagan falta”, dijo el jefe de ministros, Juan Manzur, prometiendo el miércoles (1) una solución para “hoy o mañana”.
No obstante, los días pasaron y la escasez y vehículos extranjeros señalados por YPF continuaron. La razón: mientras un litro de diésel se vende en Brasil a 1,42 dólar, en Argentina el precio es de 0,95, según la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha). Para el resto de los países limítrofes es similar.
El viernes, en tanto, mientras el presidente Alberto Fernández celebraba que YPF "tiene resultados muy buenos" con "récord de producción de gas y petróleo", los empresarios de transporte de cargas, denunciando la falta de combustibles, publicaron el recién creado “mapa de abastecimiento” de Fadeeac, la federación de empresas que transportan cargas.
En este gráfico se observa que la mayor parte de Argentina (18 de los 23 estados) se encuentra en estado de alerta amarilla, naranja y roja de acuerdo con la gravedad de la escasez, que va de un cupo de venta de 20 litros por vehículo hasta la inexistencia completa de combustibles para expender.