En España existen en la actualidad algo menos de tres millones de personas en situación de desempleo y, sin embargo, más de cien mil puestos de trabajo están vacantes esperando a ser ocupados. El primer informe sobre las Necesidades del Mercado de Trabajo presentado por el Grupo Adecco, pretende así abordar la problemática existente entre […]
NacionalDirigentes Digital
| 20 jun 2022
En España existen en la actualidad algo menos de tres millones de personas en situación de desempleo y, sin embargo, más de cien mil puestos de trabajo están vacantes esperando a ser ocupados. El primer informe sobre las Necesidades del Mercado de Trabajo presentado por el Grupo Adecco, pretende así abordar la problemática existente entre empleadoras y empleados, basándose en datos del CNAE y los códigos de ocupación (CON-11), además de con su propio histórico.
La problemática del mercado laboral español es un mal que acecha a toda la población. A pesar de contar con el porcentaje más bajo de la eurozona en cuanto a empleos vacantes se refiere, España aloja a uno de cada cuatro parados, por lo que, lejos de ser una buena cifra, asumiría un alto porcentaje de personas capacitadas para trabajar que, por diferentes razones, no estarían desempeñando una labor.
A pesar de que en nuestro país existe una clara tendencia por las carreras universitarias, apelar a una formación práctica y dual sería lo más correcto. Partiendo de la obviedad en el que todos los trabajadores deberían estar altamente preparados y cualificados, existe una necesidad en la que el alumno aplique la teoría aprendida a través de unas prácticas formativas. De esta manera, se debe apostar por un nexo de unión entre los centros educativos y las empresas con el fin de dar una oportunidad real de formación.
Asimismo, al igual que los futuros empleados deben estar cualificados, también debe pasar con la figura de la persona encargada de formarles en sus prácticas. De ahí la importancia de que el sistema apueste por recursos necesarios tanto para las empresas como para los centros educativos. Un marco regulador que garantice la formación real del alumno en la empresa para llegar a tener toda la capacidad productiva conforme a sus capacidades.
Pero, ¿todo es problema del sistema educativo? ¿Es España un país incapaz de mantener a sus mayores talentos trabajando dentro de sus fronteras? Existen demasiados factores sociopolíticos que frenan este avance y que obliga a crear una estructura diferente que evidencie esa competencia existente y que toca techo en el país.
El alumno se adapta y evoluciona según se le va pidiendo. Son más más flexibles, más creativos, están mejor preparados… entonces, ¿por qué no evolucionar también desde las formaciones? La formación dual o la formación profesional es uno de los mejores ejemplos de este cambio al apostar no solo por el conocimiento académico, sino también por la realidad profesional.
El gran reto es generar ese marco normativo que ayude a las empresas y centros de estudios superiores a formar de forma eficiente para ocupar ese gran vacío laboral existente entre algunas de las profesiones de más difícil cobertura de España. Cubrir ese alto porcentaje de puestos de trabajo, también con talentos exportados de fuera del país que aporte mayor prestigio al tejido empresarial.
El mercado se mueve rápido y necesita de esa flexibilidad que dibuje el programa formativo que permita la educación técnica y práctica que haga que el futuro trabajador entre en la empresa con unas garantías de eficiencia, además de con una curva de aprendizaje óptima y ágil que también sean interesantes para la otra parte, para la empresarial.
El clima laboral requiere desarrollo por parte de una organización, no solo crecer verticalmente dentro de una compañía sino también, estar preparado como profesional para adaptarse a esa evolución natural. Participar dentro de las organizaciones, cuidar a la persona dentro del organigrama empresarial y, cuál es el fin o el propósito de las organizaciones, para que el empleado se sienta orgulloso de su compañía son retos a los que también se enfrenta este marco normativo que hay que cambiar.
Apostar por el talento nacional desde la formación, creando perfiles más competentes es una necesidad a la que España, como marca tiene que atender. La industria se sitúa en el primer en cuanto a profesiones de difícil cobertura con un 12,1%, seguido de “Comercio y ventas” con un 11,6% y “Servicios técnicos de arquitectura e ingeniería” con un porcentaje del 8%, según datos facilitados por el informe Necesidades del Mercado de Trabajo. En el lado opuesto, los empleos más demandados son los relacionados con la administración. Referencias que corroboran que aún queda camino por recorrer dentro del mercado laboral español para llegar a competir a nivel europeo e internacional.