En España vivimos 46,7 millones de personas, de entre los que 8,5 millones son personas mayores de 65 años y 2,4 millones mayores de 80 años. Hay casi 4 millones de personas discapacitadas y más de 2 millones de personas dependientes, por lo que los colectivos de personas Mayores, Discapacitadas y/o Dependientes suponen alrededor del […]
Dirigentes Digital
| 10 jul 2018
En España vivimos 46,7 millones de personas, de entre los que 8,5 millones son personas mayores de 65 años y 2,4 millones mayores de 80 años. Hay casi 4 millones de personas discapacitadas y más de 2 millones de personas dependientes, por lo que los colectivos de personas Mayores, Discapacitadas y/o Dependientes suponen alrededor del 25% de la población española, afectando por tanto a un porcentaje similar de los empleados de las empresas.
En menos de 40 años estas cifran se duplicarán, mientras que los datos de población global se reducirán a 41,5 millones, debido a la baja tasa de natalidad, actualmente alrededor de 1,27 hijos por mujer. El aumento de la esperanza de vida (hoy en 83 años y para el 2050 en alrededor de 89 años de media), unido a la creciente desestructuración de las familias, multiplicará el número de personas mayores que vivirán solas durante su vejez.
España ya está sufriendo el efecto del “envejecimiento del envejecimiento” por lo que los servicios dirigidos a las personas mayores y dependientes deben incrementarse, máxime cuando los servicios públicos de salud no pueden ni podrán asumir los costes íntegros de atención y cuidado a estos colectivos.
Tanto las personas físicas como las empresas debemos prepararnos para afrontar esta realidad, tratando que la independencia en salud gane años a la Dependencia. Para lograr este objetivo hay que fomentar la autonomía personal, tanto de las personas individuales como de las familias. El cuidado de la salud de los empleados y sus familias, además de ser una acción humana y social a la que todos debemos contribuir de manera constante, es la solución para el buen desarrollo de la empresa, que junto a la formación y talento de los empleados, podrá producir los mejores resultados.
A las empresas les interesa proporcionar servicios que mejoren el bienestar del entorno del empleado, tanto el laboral como el familiar y personal. Además, los empleados cada vez demandarán más políticas sociales que satisfagan sus necesidades personales y familiares.
Las empresas tienen la oportunidad de diferenciarse de su competencia, ganado en atractivo para trabajar y en competitividad. Una buena conciliación laboral y familiar, reduce el absentismo y aumenta la productividad de los empleados y, en consecuencia, la rentabilidad y competitividad de las empresas.
Los servicios de formación integral para el cuidado de la salud y la asistencia familiar para el cuidado de los niños y menores de edad, de las personas Mayores, Discapacitadas y/o Dependientes son, y serán siempre, una gran ayuda para lograr el bienestar del empleado y, en consecuencia, la competitividad de las empresas.