Si algo hemos sacado de la triple crisis – sanitaria, económica y social – de la que estamos empezando a salir es la prueba fehaciente de que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son el pilar que garantiza la resiliencia de las empresas, incluso en momentos en los que la incertidumbre impera. […]
Dirigentes Digital
| 12 may 2022
Si algo hemos sacado de la triple crisis – sanitaria, económica y social – de la que estamos empezando a salir es la prueba fehaciente de que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son el pilar que garantiza la resiliencia de las empresas, incluso en momentos en los que la incertidumbre impera.
Por otro lado, algo que ya conocíamos es que la innovación empresarial es vital para la economía. No solo asegura el bienestar de los ciudadanos y el desarrollo del conjunto de la sociedad, sino que invertir en I+D+i ayuda a las compañías de todos los tamaños y sectores a impulsar su competitividad en un mercado global. Una y otra están estrechamente relacionadas.
Las nuevas tecnologías son el motor de la innovación, ya que, permiten introducir en las empresas la capacidad de comunicación, flexibilidad e inmediatez que necesitan para desarrollar una política de I+D+i realmente revolucionaria.
A nivel global, la presencia de las nuevas tecnologías crece a buen ritmo. IDC, por ejemplo, prevé que la inversión mundial en transformación digital entre 2022 y 2024 sea de 6,3 trillones de dólares, 0,9 trillones más de lo esperado en el pronóstico anterior. Además, el 53% de las empresas afirma contar con una estrategia en este sentido, un 42% más que hace dos años.
La situación en España es prometedora. Aunque no lideramos los rankings, en el informe Global Connectivity Index 2020 de Huawei, ya destacamos por nuestra red de fibra 5G y nuestra implicación en proyectos y pruebas piloto alrededor de esta tecnología. Además, la inversión pública en TIC durante la primera mitad de 2021 creció un 64,4% con respecto al mismo período del año anterior.
Sin embargo, a nivel privado necesitamos mejorar. Es cierto que, según el informe Predictions Preview 2022 de IDC, el 90% de las empresas españolas afirman que tener una estrategia digital es una necesidad ahora mismo, pero datos de UGT indican que en 2021 la inversión de estas en TIC descendió en 600 millones de euros, lo que corresponde a una bajada interanual del 15%.
Las nuevas normativas – en 2022 se prevé la aprobación de hasta 8 leyes relacionadas – y las ayudas públicas – en dos años se invertirán más de 12.000 de euros a través del Plan de Recuperación sobre las empresas del sector – pueden revertir esta situación. De hecho, asociaciones del sector como Ametic hablan de que, gracias a estas, las TIC se desarrollarán en dos o tres años, en lugar de los diez que estaban previstos.
Sea como sea, lo que no se puede discutir es que invertir en TIC está dejando de ser una opción para las empresas. Especialmente tecnologías como la nube, el 5G o la inteligencia artificial, consideradas verdaderas palancas de la innovación en las empresas. En lo que se refiere a la primera, se prevé que su volumen de mercado crezca un 30% y que tenga un especial protagonismo en los proyectos de modernización de aplicaciones heredadas. Así, en 2024, el 65% de las empresas que inviertan en este sentido optarán por servicios cloud.
Por otro lado, el 5G juega un rol fundamental en el desarrollo de la Industria 4.0 o la movilidad conectada, ya que permite la conectividad en tiempo real. Por eso tiene una gran presencia en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno español.
Otra gran protagonista de los planes gubernamentales es la Inteligencia Artificial, a la que se destinarán casi 2.000 millones de euros a través del Plan España Puede y que cuenta con su propio instrumento, la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (EINA), que prevé 600 millones más. Paralelamente, IDC prevé que su mercado alcance los 115 mil millones de euros en 2025 y, solo en España, estima unas tasas de crecimiento de casi el 30%.
Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de la seguridad. Introducir la conectividad en la empresa, además de grandes beneficios supone retos importantes, como el de la ciberseguridad, al que los fondos europeos dedican una partida importante, tanto a nivel público como privado.
En pocas palabras, de las TIC depende que la comunicación fluya sin problemas dentro de las empresas. Les permite cambiar de rumbo ágilmente. Simplificar sus operaciones. Tomar mejores decisiones basadas en datos. Todos ellos, elementos clave no solo para mantener el ritmo de los cambios propio de un entorno VUCA, sino para acelerar la capacidad de innovación y abrirse camino en nuevos mercados creando soluciones y servicios que marquen la diferencia.