La transformación digital de los negocios y la economía interconectada están generando un ingente volumen de información a manejar, cuyo crecimiento exponencial no se detendrá, al menos hasta donde alcanza a ver el futuro. Estamos generando unos asombrosos 1,145 billones de MB de datos al día: un volumen muy difícil de imaginar. Para intentar retratarlo […]
Dirigentes Digital
| 20 jul 2022
La transformación digital de los negocios y la economía interconectada están generando un ingente volumen de información a manejar, cuyo crecimiento exponencial no se detendrá, al menos hasta donde alcanza a ver el futuro. Estamos generando unos asombrosos 1,145 billones de MB de datos al día: un volumen muy difícil de imaginar. Para intentar retratarlo en su justa dimensión, supongamos que un MB de datos fuera un km2. En 2021, en el mundo se generaron 79 zettabytes de datos, lo que equivaldría a 79 trillones de km2 y esto, trasladado a la superficie terrestre que es de 510 millones de km2, supone haber acumulado un volumen de información correspondiente a la superficie de más de mil millones de planetas como la Tierra.
Siguiendo con el mismo ejemplo, según IDC, para el año 2025 tendremos una cantidad aproximada de información de unos 175 zettabytes, que se corresponderían con unos 175 trillones de km2 en superficie. Teniendo en cuenta que la superficie de la Vía Láctea es de 0,8 trillones de km2, estaríamos hablando de unas 215 Vías Lácteas de datos. ¿Increíble, verdad?
La información a la que nos referimos encierra un enorme valor, permitiendo acelerar el diagnóstico de enfermedades, facilitando la conducción autónoma u optimizando la fijación de precios en Retail, por dar sólo algunos ejemplos. El ritmo al que crecen estos datos, sin embargo, podría superar la capacidad de la mayoría de las organizaciones para absorberla, interpretarla y tomar las decisiones oportunas con la suficiente celeridad.
Hoy, la madurez digital determina si una organización prospera o se queda atrás y los datos, su aprovechamiento y transformación en valor, están en el mismo corazón de esta madurez. La mayoría de las organizaciones, sin embargo, usa menos de un 32% de la información que tiene almacenada. Liberar estos datos y llevarlos hasta las aplicaciones que permiten el avance del negocio se está convirtiendo, de este modo, en uno de los retos claves para que las empresas de todos los tamaños y sectores consigan convertir la complejidad de la transformación digital en una oportunidad y tomar la delantera en sus industrias y mercados.
La nube está causando un auténtico cambio en la gestión y aprovechamiento de la información empresarial, por lo que el paso al cloud ya es parte integral de la estrategia de almacenamiento y servicio de datos de la mayoría de las organizaciones, cada una de las cuales se encuentra en una fase diferente de su viaje desde los centros de datos locales hacia el cloud. El 96% de los líderes empresariales afirma que la pandemia ha acelerado la transformación digital de sus organizaciones; el 83% asegura que la nube es muy o extremadamente importante para la estrategia y crecimiento futuro de su empresa y un 69% que más del 60% de sus infraestructuras y aplicaciones estarán en la nube de aquí a dos años, lo que deja pocas dudas acerca de la dirección en la que marcha el mercado.
El camino hacia la nube, sin embargo, no está exento de retos. A medida que las empresas adquieren servicios de nube pública para ampliar sus centros de datos locales, estas infraestructuras combinadas se vuelven más dispares, inconsistentes y fragmentadas. Los silos multicloud generados son intrínsecamente más complejos de gestionar que la infraestructura de gestión de los datos tradicional, generando costes añadidos, mayor demanda de profesionales, complejidades ligadas al traslado de datos y posibles problemas de seguridad, latencia o rendimiento.
La respuesta a estos nuevos retos, según los proveedores de TI más punteros del mercado, es el data fabric o tejido de datos único: una arquitectura de sistemas, de software y servicios que permite integrar y manejar los datos de una organización dentro de una experiencia unificada y conectada. La misión del tejido de datos es asegurar que la información empresarial está siempre activa, disponible y fácil de consumir, para que la empresa pueda desarrollar y ejecutar sus aplicaciones de manera óptima y en cualquier lugar, sea en sus centros de datos locales o en cualquier nube, optimizando sus rendimientos, costes y velocidad, y con la capacidad de adaptarse ágilmente a los cambios y de abordar una transformación sostenible.
Contar con un tejido de datos único en el entorno multicloud híbrido permitirá que la nube sea transparente para la organización, con visibilidad acerca de la infraestructura, aplicaciones y datos desde un único lugar. También asegurará que los datos empresariales funcionen de manera óptima e integrada en cualquier aplicación, entorno y plataforma (en un momento en el que un 81% de los usuarios de nube recurre a más de un proveedor de cloud), que se automaticen tareas, liberando tiempo para la innovación y que se disponga siempre de la capacidad requerida, escalando cuando sea necesario y al mejor coste.
En definitiva, el secreto para superar los retos en la gestión y el aprovechamiento de los datos empresariales consiste en dotarse de una experiencia multicloud híbrida, unificada y consistente, con la que las organizaciones puedan gestionar su información desde una única plataforma que abarque, desde sus centros de datos locales, hasta las mayores nubes públicas. Una necesidad que los responsables de TI y de negocio deben afrontar juntos y mano a mano, dado que los destinos del negocio y de las TIC han quedado irremediablemente entrelazados con el salto de las empresas al mundo digital.