2023 vuelve a ser un año de enormes desafíos para los líderes del área de cultura y personas. En un contexto de auténtica revolución y convulsión económica, digital, social y sostenible, las personas son las que marcan la diferencia y trazan el porvenir de las empresas, colocándose en el centro de su estrategia. Identificar al […]
Dirigentes Digital
| 15 jun 2023
2023 vuelve a ser un año de enormes desafíos para los líderes del área de cultura y personas. En un contexto de auténtica revolución y convulsión económica, digital, social y sostenible, las personas son las que marcan la diferencia y trazan el porvenir de las empresas, colocándose en el centro de su estrategia. Identificar al mejor talento, atraerlo, retenerlo, crear un entorno de trabajo saludable, construir una experiencia de empleado única, ofrecer una retribución emocional, medir la satisfacción de las personas, son solo algunos de los retos que tienen por delante los responsables de RRHH, a los que se une necesariamente tener una visión y comprensión del negocio, cuidar la comunicación interna a lo largo y ancho de la organización y nunca perder de vista los criterios ESG.
En este contexto de exigencia máxima y lucha incesante por la escasez de talento, la tecnología se erige como una herramienta indispensable para lograr todos esos objetivos, contribuyendo a la digitalización y automatización de muchos procesos, a la agilidad de cualquier acción, así como disponer de datos organizados y estructurados para la toma de decisiones.
Ante la oleada de la “Gran Renuncia” en 2022, la captación de Talento se ha convertido en la preocupación clave para la función de RR.HH. La contratación ocupó el grosso de la atención de estos profesionales durante 2022 y 2023 ha desviado el foco hacia la fidelización del talento. Y es que, ¿por qué no centrarse en la retención de los empleados en lugar de en la contratación? Indudablemente, en aras de afrontar este nuevo reto con éxito, las compañías deben presentar una propuesta de valor atractiva y sostenible para el empleado.
Teletrabajo, horario flexible, proyección profesional, beneficios materiales, pero también los cuidados, bienestar y salud son las nuevas exigencias –por todos conocidas y comentadas– de los profesionales. Más allá de éstas, las temáticas sociales, medioambientales, en definitiva, la sostenibilidad en las políticas de RR.HH. también ocupan un lugar cada vez más destacado entre sus preocupaciones. El talento busca encontrar el propósito de su trabajo y la empresa debe ofrecérselo a través de una cultura y valores auténticos y transparentes.
La tecnología puede ayudarnos en la implementación de estas y otras acciones, sobre todo en la parte más estratégica del nuevo paradigma de la gestión de personas: gestión del tiempo en entornos híbridos, aumento de la productividad de los equipos, establecimiento de canales de comunicación bidireccional y de feedback continuo, gestión y potenciamiento del talento y mucho más. Las soluciones tecnológicas se están adaptando cada vez más a las nuevas necesidades y desafíos de las organizaciones.
En el centro de los problemas de fidelización de los empleados, la remuneración es otra de las ventajas competitivas. Una empresa flexible e innovadora en estos términos resulta más atractiva frente a sus competidores. Sin embargo, la promesa de un buen salario no lo es todo a la hora de atraer (y retener) el talento. Actualmente, el concepto de remuneración no se limita al salario, sino que engloba aspectos intangibles como el equilibrio entre la vida profesional y personal, el reconocimiento del trabajo, el plan de carrera o la formación.
Por tanto, ante este nuevo paradigma, los profesionales responsables de gestionar el Talento en las organizaciones deben trabajar sobre dos palancas para conseguir mantener el compromiso de sus empleados: la innovación y una remuneración emocional o intangible. En lo que respecta a la primera, es fundamental utilizar la tecnología para plantear nuevas fórmulas que permitan evolucionar este proceso tradicional y crítico para las organizaciones. Un buen ejemplo es poder flexibilizar la periodicidad de la Nómina, a través de nuevas fórmulas como el salario bajo demanda, o la dotación de una mayor claridad a todo el proceso estableciendo una tabla salarial transparente.
Al mismo tiempo, los RR.HH. podrán aprovechar la tecnología para ayudar a los empleados a gestionar sus vacaciones y teletrabajo, acceder a formación, poder dar su feedback de las distintas iniciativas, hacer más agradables y transparentes los procesos de evaluación, y un gran etcétera.
En definitiva, las empresas las hacen las personas y todo ha cambiado de un tiempo a esta parte. Las organizaciones deben atender los requerimientos del contexto BANI en el que vivimos e inexorablemente necesitan tecnología para ser competitivos y atractivos para el talento. O se adaptan o el fracaso está asegurado. La digitalización del área de personas abre un mundo de posibilidades que merece la pena explorar.