La aceleración de los procesos digitales a causa de la COVID-19 encamina la financiación privada en start-ups hacia un récord en Europa este año. Según el informe El estado de la tecnología europea 2020, elaborado por la firma de capital riesgo Atomico, el capital proyectado para esta tipología de empresas ascenderá a 41.000 millones de […]
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| 09 dic 2020
La aceleración de los procesos digitales a causa de la COVID-19 encamina la financiación privada en start-ups hacia un récord en Europa este año. Según el informe El estado de la tecnología europea 2020, elaborado por la firma de capital riesgo Atomico, el capital proyectado para esta tipología de empresas ascenderá a 41.000 millones de dólares (alrededor de 33.846 millones de euros) al cierre del ejercicio, lo que representa un ligero avance interanual del 1,2% con respecto a los 38.6000 millones de dólares en 2019. Desde la firma londinense puntualizan que la cifra contabilizada en el momento actual alcanza los 35.000 millones de dólares, pero se prevé llegar a la estimación una vez incluidas el resto de las rondas que tengan lugar hasta finales de año.
“Frente a una pandemia mundial y un clima macroeconómico incierto y altamente volátil, el ecosistema tecnológico europeo ha sido resistente”, precisan en el citado estudio, en el que también señalan que la cartera de unicornios continúa “siendo sólida”, con la incorporación en los últimos doce meses de 18 nuevas compañías cuya valoración supera los 1.000 millones, frente a las 14 del ejercicio precedente. Asimismo, aseguran que las tendencias generales de inversión a escala continental se han visto impulsadas por la actividad de nuevas empresas en la región. En Europa existen más de 144.483 start-ups. De ellas, 43.201 han llevado a cabo al menos una ronda de financiación.
Pese a ello, estos datos arrojan sombras, ya que Francia ha sido el único de los tres grandes mercados en Europa en el que el capital invertido ha crecido, hasta los 5.199 millones de dólares y supera esta barrera sobre una base anualizada por primera vez. Le siguen, aunque con repuntes más modestos, Suecia, Finlandia, Bélgica o Irlanda. En el caso de España es significativo el descenso experimentado, que ha pasado de los 1.457 millones de dólares en 2019 a los 636 millones de dólares este 2020. Hay que retroceder hasta 2016 para encontrar una cifra similar (687 millones de dólares). Cabe destacar que en 2019 Glovo llevó a cabo dos rondas en las que captó 150 millones en cada una de ellas, lo que puede haber influido en el desplome de este año.
En Europa existen más de 144.483 start-ups
De este modo, España se sitúa en el puesto número 10 de países del Viejo Continente que han recibido mayor financiación este año y subrayan que ha experimentado la “desaceleración más significativa” con un capital proyectado invertido que representa menos de la mitad del total movilizado en 2019. Por delante de él figuran Reino Unido (12.540 millones de dólares), Alemania (5.375 millones), Francia (5.199 millones), Suecia (3.301 millones), Países Bajos (1.351 millones), Suiza (1.280 millones), Finlandia (1.211 millones), Bélgica (706 millones) e Irlanda (680 millones).
La gran sorpresa ha venido de la mano de Estonia que, con una población de apenas 1,3 millones de habitantes, cuenta con 4,6 veces más empresas emergentes per cápita que el promedio europeo. Para hacerse una idea, la región registra 865 start-ups por cada millón de habitantes, mientras que el promedio europeo es de 190. En España llega a 157. “Estonia es un país que nunca ha tenido riqueza, un gran mercado interno o recursos minerales, pero tenemos mucha gente emprendedora. Somos los pioneros en el mundo de las TIC y las start-ups hoy en día buscan nuevas soluciones para hacer las cosas más baratas y más rápido. Y el Gobierno lo apoya”, comenta la responsable de Startup Estonia, Eve Peeterson.
Con estos datos, desde Atomico destacan que, si bien el sector tecnológico europeo ha recorrido un “largo camino” en la última década, este mercado no tiene un peso destacado en la economía. De hecho, inciden en que, a pesar de representar una cuarta parte del PIB mundial, su participación en la inversión del capital riesgo tecnológico global solamente es del 13%. Esta situación beneficia directamente a Estados Unidos, que consigue acaparar más de la mitad de todas las operaciones, hasta los 141.000 millones de dólares. Al margen, se encuentra Asia, donde se reduce la presencia de nuevo capital privado por segundo año consecutivo influido por la continua disminución de los niveles de inversión en empresas tecnológicas privadas chinas. “La tecnología está teniendo un momento extraordinario en todo el mundo, incluso en América Latina y África, lo que ayuda a impulsar niveles récord de inversión”, indican al tiempo que remarcan: “Europa no es, por supuesto, la única región prometedora en el panorama tecnológico”.