La pandemia supuso un antes y un después global. Lo que no hace tanto podía resultar anecdótico se convirtió en algo cotidiano, dando lugar a nuevas formas de comportamiento que llegaron para quedarse. A nivel comercial también fue así. Uno de los ejemplos más claros es cómo el ecommerce ha experimentado un ascenso desconocido hasta […]
AutónomosDirigentes Digital
| 01 feb 2023
La pandemia supuso un antes y un después global. Lo que no hace tanto podía resultar anecdótico se convirtió en algo cotidiano, dando lugar a nuevas formas de comportamiento que llegaron para quedarse. A nivel comercial también fue así. Uno de los ejemplos más claros es cómo el ecommerce ha experimentado un ascenso desconocido hasta entonces. Las compras online han supuesto la salvación de muchos negocios, convirtiéndose en una práctica plenamente interiorizada.
Sin embargo, no todos las empresas tienen la posibilidad de contar con un comercio digital y la crisis de los más pequeños no pasa desapercibida. Ante la aceleración de la digitalización y la sucesión de los últimos acontecimientos, son muchos los que optan por incluir en su listado de servicios la recogida o envío de paquetería. Un hecho que antes era aislado y que, a día de hoy, cada vez son más las tiendas de menor tamaño las que lo incluyen.
Una de los principales contratiempos que sufre el ecommerce para resultar 100% eficaz es la ausencia de los destinatarios a la hora de recibir sus envíos. Así lo demostraba el estudio publicado por EY y el Foro de Economía Digital, Logística Ecommerce, donde se apreciaba cómo había crecido el grado de exigencia de los consumidores del comercio online.
Según el informe, el 34% de las incidencias de los envíos eran causados por la ausencia del destinario en la franja horaria establecida para su entrega. Hecho que a muchos operadores logísticos sirvió para ampliar su nicho de distribución y ofrecer a pequeños comercios ser puntos de entrega de sus productos.
Desde taquillas electrónicas en establecimientos hasta la retirada tradicional del envío en tiendas físicas. Cada vez son más los negocios “de toda la vida” los que se animan a establecer un contrato con la tienda electrónica para ser puntos físicos de pickup para sus clientes. Relación que no solo mejora el servicio de la empresa online sino que también da visibilidad al pequeño negocio, convirtiéndose en otro modus operandi de atraer nuevos clientes.
“Renovarse o morir” afirman muchos empresarios ante la actual crisis global y ser un punto pickup es una manera de ello. Pero, a pesar de que se trata de un ingreso extra, ello no implica un sobresueldo o la salvación de un negocio.
La ganancia del autónomo o pyme por bulto oscila entre los 30 céntimos y 1,5 euros. Ello depende de la cantidad de paquetes que el establecimiento reciba para su posterior recogida y su peso, según Mondial Relay España. Cuanto más pese un paquete, más pagará la tienda electrónica a su distribuidor.
Ingresos que además de contar de manera retributiva, también resulta beneficioso para su propia actividad puesto que una gran mayoría, al recoger su pedido termina comprando algo en la propia tienda física. Se estima que, aquellos negocios con una buena localización o ubicados en una ciudad muy habitada, pueden llegar a recibir unos 900 euros mensuales por ser un punto de recogida, según Punto Pack Mondial Relay.