“Los clientes saben que los datos son valiosos, pero a veces no saben muy bien cómo pueden sacarles rentabilidad”, analiza Jaime Peñaranda, Líder Global de Servicios Financieros de Neoris. Este razonamiento resume la febril carrera de las empresas por utilizar los datos, una vez que palabras como Big Data o Inteligencia Artificial ya les son […]
Dirigentes Digital
| 03 feb 2020
“Los clientes saben que los datos son valiosos, pero a veces no saben muy bien cómo pueden sacarles rentabilidad”, analiza Jaime Peñaranda, Líder Global de Servicios Financieros de Neoris. Este razonamiento resume la febril carrera de las empresas por utilizar los datos, una vez que palabras como Big Data o Inteligencia Artificial ya les son conocidas.
El encuentro con la prensa en el que participaron el propio Peñaranda y Cristina Valles, Country Manager de Neoris para España, sirvió para dar cuenta de esa realidad, además de las posibilidades que representa la Inteligencia Artificial siempre que su uso sea adecuado. De hecho, Neoris, una compañía de servicios tecnológicos, se adapta a dicha realidad. Así, se encuentra dividida a nivel mundial en cuatro áreas: servicios financieros, telecomunicaciones, salud y manufactura.
Si bien es cierto que las dos primeras divisiones son los pilares principales del negocio, la empresa se encuentra investigando qué otras aplicaciones puede tener esta tecnología. Sin embargo, su trayectoria está bien consolidada, y su cartera de clientes está compuesta por entidades como Telefónica, Vodafone, BBVA o Banco Santander.
La respuesta a cómo una misma tecnología puede resultar útil para empresas tan distintas tiene que ver con la eficiencia y la eficacia, es decir, se utilizan menos recursos y se consiguen mejores resultados. Para Peñaranda, la Inteligencia Ariticial o la inteligencia aumentada es “aquella que optimiza las capacidades humanas”. En otras palabras, es tecnología que hace aquello que las personas tendrían más dificultades para materializar.
Durante la comparecencia, surgió la duda de cómo una compañía externa puede ser útil a empresas puramente tecnológica como pueden ser Telefónica o Vodafone. A pesar de que la tecnología es el campo de esas empresas, Peñaranda explica que “no lo pueden inventar todo”, es decir, que por mucho que sean líderes en sus segmentos, su principal preocupación es cuidar sus productos y servicios, además de los clientes, de modo que el foco no siempre está en mejorar cómo se llevan a cabo los procesos.
Otra de las cuestiones es qué papel puede tener una empresa de este tipo si en un momento dado, grandes corporaciones como Santander o BBVA deciden desarrollar sus propias soluciones.En ese sentido, Peñaranda se remite a la experiencia y al saber hacer. A pesar de que muchas de las compañías están empezando a crear departamentos propios para resolver estos problemas, Peñaranda cree que el liderazgo de las empresas especialistas seguirá siendo imprescindible.
Por otro lado, se hizo referencia a las dificultades para encontrar trabajadores cualificados en este tipo de tecnología, en parte por ser reciente, y en parte por la alta competencia que existe: “En nuestro sector, ahora es el empleado el que decide dónde quiere trabajar, y las empresas deben saber atraer perfiles cualificados”, afirmó Valles. De ese modo, la tecnología o el capital no son los límites para el crecimiento de las empresas, sino que para Valles, “quien limita el crecimiento es el talento”, o la falta de él.