La aceleración de la digitalización vivida a lo largo de los últimos años, y con más incidencia desde que comenzó la crisis sanitaria, ha puesto de relieve la importancia de la transformación de la pyme. En este proceso evolutivo, además de la tecnología, también han emergido variaciones en el entorno de negocio, en el financiero […]
Dirigentes Digital
| 16 abr 2021
La aceleración de la digitalización vivida a lo largo de los últimos años, y con más incidencia desde que comenzó la crisis sanitaria, ha puesto de relieve la importancia de la transformación de la pyme. En este proceso evolutivo, además de la tecnología, también han emergido variaciones en el entorno de negocio, en el financiero y en esa gestión del cambio que se está produciendo. Por ello, en este nuevo escenario, el objetivo del tejido empresarial debe basarse en utilizar las herramientas a disposición de las personas para crear nuevos modelos disruptivos que sean capaces de satisfacer las crecientes necesidades.
La pandemia también ha puesto de manifiesto que la forma de vender y relacionarse con los clientes ha dado un paso irreversible hacia el mundo online. Sin embargo, España todavía muestra una debilidad en relación con la digitalización de las pequeñas empresas.
Durante una mesa de debate organizada por Madrid Network, en la que se abordó el papel de la modernización de las pymes, el vicepresidente de Ametic, Luis Fernando Álvarez-Gascón, señaló el importante déficit, en comparación con otras economías de nuestro entorno. En esta línea, el dirigente subrayó la necesidad de que “nuestros directivos y empresarios vean en la innovación un vector de competitividad” como punto de partida hacia el progreso.
Esta aceleración en el entorno también debe producirse en el interior de las organizaciones. De esta manera, para que las compañías dominen el cambio, Jaime Coll, Head of DigitalWolves en atSistemas y diseñador de experiencias digitales líquidas, apuesta por realizar una “correcta gestión del talento” dentro de las empresas, colocando a cada trabajador en el sitio adecuado en función de sus aptitudes, más que de sus conocimientos. Asimismo, durante el encuentro también propuso llevar a cabo una revisión de los procesos, buscar aquellas tareas repetitivas, que consumen más tiempo o que presentan más posibilidad de error y comenzar a automatizarlas.
Para el experto, la tecnología actual es capaz de ejecutar este tipo de procedimientos, con la consiguiente ventaja de que, una vez puesta en marcha, la empresa puede invertir el talento humano en actividades que realmente aporten valor. La búsqueda de la evolución, encaminada a la eficiencia operativa es otro de los elementos que destacó, colocando la innovación como un pilar fundamental. Por ello, en su opinión, es fundamental dejar atrás antiguas herramientas con limitaciones, estudiar qué elementos son posibles adoptar de otros modelos de negocio y empezar a poner en funcionamiento acciones que contribuyan a acelerar la transformación, impidiendo así quedarse “atascado”.
En este contexto, los procesos de modernización también contribuyen a aumentar la facturación de las empresas. Una afirmación que el director de sector público e infraestructuras críticas de Evolutio, Roberto Rodríguez-Barba, expuso al indicar que también representa una forma de aportar un “valor añadido” a los clientes. Para su consecución, la implementación de soluciones como la omnicanalidad, la atención a través de WhatsApp o el procesamiento de lenguaje natural suponen instrumentos con los que es posible cambiar de forma significativa la manera en que trabajamos y, sobre todo, mejorar la gestión que se realiza.
Un ejemplo clarificador a este respecto se hizo palpable durante la pandemia, cuando muchas pymes consiguieron adaptarse a la nueva situación. Así, Rodríguez-Barba mostró cómo, durante la pasada primavera, muchos gimnasios que se vieron obligados a cerrar debido a la emergencia sanitaria, gracias a la tecnología fueron capaces de poner en marcha sesiones virtuales generando un cambio de negocio con el que poder sobrevivir, seguir siendo competitivos y generar riqueza. Los bares que se lanzaron al reparto de comida a domicilio o los negocios a través de modelos de suscripción han incrementado igualmente el músculo de una gran cantidad de pequeñas empresas.
Ante la necesaria transformación digital con la que mantenerse activos en el entorno actual, una de las ventajas con la que cuentan las compañías es la democratización de la tecnología. Los modelos de pago por uso y el acceso a través de cloud, sin olvidar la importancia de un correcto asesoramiento, permiten operar de manera eficiente en nuevos modelos de consumo, así como implementar soluciones, probarlas y comprobar la idoneidad de sus resultados.
Ahora más que nunca la protección se presenta como un elemento fundamental, a pesar de que los datos no son alentadores. “El 98% de las pymes no se consideran un objetivo atractivo para un ciberataque y gestionan la seguridad de una forma más reactiva”. Un dato nada desdeñable si se tiene en cuenta que el 60% de las víctimas no consiguen sobrevivir y a los seis meses se ven obligadas a cerrar. En este sentido, la mayor parte de los ataques que se producen en la actualidad sobresalen por su “frecuencia” y su “sofisticación”. Los más comunes hacen referencia a la suplantación de identidad o phishing, y al intento de secuestro del dominio de los ordenadores.
Las soluciones en la nube permiten establecer controles de forma eficiente, mostrando, una vez más, que algunas tecnologías como la inteligencia artificial representan uno de los mejores medios para estar protegido. Por lo que, en opinión del experto, un buen punto de partida se basa en contar con un plan de digitalización que garantice la protección de extremo a extremo, así como seguir las recomendaciones de organismos como la Agencia Española de Protección de Datos, el Centro Criptológico Nacional y el INCIBE.
Por último, desde el evento también destacaron que la seguridad no se basa únicamente en opciones tecnológicas y se debe involucrar igualmente a las personas, consideradas en muchas ocasiones el eslabón más débil a través del que suelen entrar la mayor parte de los ataques. La capacitación del personal será crítica para hacer frente a los nuevos retos en ciberseguridad.