Desde que se enviara el primer correo electrónico hace ya cinco décadas, los usuarios han evolucionado con la misma rapidez que el propio servicio. En este tiempo, los proveedores del email se han ido adaptando a las necesidades y las personas han pasado de tener un acceso limitado a un uso generalizado: cada día se […]
Dirigentes Digital
| 11 may 2021
Desde que se enviara el primer correo electrónico hace ya cinco décadas, los usuarios han evolucionado con la misma rapidez que el propio servicio. En este tiempo, los proveedores del email se han ido adaptando a las necesidades y las personas han pasado de tener un acceso limitado a un uso generalizado: cada día se envían 306.000 millones de mensajes.
De intelectuales a hiperconectados. Así define la evolución de los usuarios del email la compañía Validity, con motivo de la celebración del 50 aniversario del envío del primer correo electrónico. En sus inicios, a principios de la década de 1970, su creador, el ingeniero Ray Tomlinson, lo concibió con la intención de que los ingenieros de Arpanet, la red precursora de Internet, pudieran comunicarse e intercambiar información relacionada con el estudio de dicha red. No obstante, su carácter oficial no duró demasiado y en poco tiempo también comenzó a utilizarse para tratar temas personales, en aquel momento considerados “ilícitos”.
Poco a poco, su uso fue extendiéndose más allá del ámbito académico y científico, gracias a “la comercialización de los ordenadores y el desarrollo de las diferentes redes pioneras de Internet”. La década de 1980 se caracterizó por ser un periodo de transición. Sin embargo, “la existencia de diferentes sistemas de red, protocolos y conexiones de correo electrónico”, impedían que hubiera una comunicación global. Por este motivo, desde Validity explican que en aquel momento el perfil de usuario difería bastante del actual. Es decir, era un individuo joven interesado en la tecnología y en la velocidad.
A lo largo de los años 90, “la gratuidad del servicio, la inmediatez y la facilidad de uso” conquistaron a millones de personas de todos los países. Su acceso se convirtió en una tendencia, por lo que en poco tiempo las empresas se percataron de su potencial y comenzaron a invadir las bandejas de entrada con la intención de comercializar sus productos y servicios, dando lugar a lo que más tarde se conocería como spam.
El cambio de milenio trajo consigo la aparición de Gmail, que nació con el objetivo de ofrecer un mayor control en la bandeja de entrada como consecuencia de los problemas surgidos en la década anterior. Los primeros años de este nuevo periodo se caracterizaron por la “concienciación” de unos usuarios cada vez más interesados en utilizar la tecnología en su propio beneficio. Además, en esta década se logró otro hito: se envió el primer correo basado en el comportamiento del consumidor. A partir de aquí, las campañas de email marketing no han parado de trabajar para conocer los datos del consumidor y evitar así que los mensajes caigan en la carpeta de ‘no deseado’.
A punto de llegar a la actualidad, en la década de 2010 los avances tecnológicos supusieron un importante impacto en el comportamiento social. Los smartphones cambiaron “el perfil del usuario del correo electrónico”, ya que ahora las personas disponen de otras vías de comunicación a su alcance como las redes sociales y la mensajería instantánea. En este momento, los consumidores saben que tienen el “control de la información que reciben” y cada vez más gente lee los mensajes desde sus móviles o, incluso, desde sus relojes inteligentes.
El correo electrónico ha pasado de ser una herramienta que solo era accesible para un reducido grupo de investigadores a formar parte del día a día en la comunicación de cualquier persona. Los avances en tecnología, así como la legislación, también han evolucionado para proteger a sus usuarios cada vez más conectados y concienciados.