Una nueva división acecha al mundo: los que están a favor o en contra de la inteligencia artificial (IA). ¿O puede que solo haya incertidumbre al respecto? Agustín Rodríguez, CEO de pfs responde a las incógnitas más recurrentes a la hora de pensar en esta nueva realidad que abarca todos los sectores. Conociendo los avances […]
Dirigentes Digital
| 11 jul 2023
Una nueva división acecha al mundo: los que están a favor o en contra de la inteligencia artificial (IA). ¿O puede que solo haya incertidumbre al respecto? Agustín Rodríguez, CEO de pfs responde a las incógnitas más recurrentes a la hora de pensar en esta nueva realidad que abarca todos los sectores.
El temor a lo desconocido. No sabemos con certeza hasta dónde la IA puede impactar en nuestra vida cotidiana y, sobre todo, hasta dónde puede desmantelar negocios y situaciones establecidas que dependen de personas o empresas para generar productos o servicios que, tal vez, ya no sean necesarios. Es un temor a la desaparición de algunas actividades que están haciendo personas, o empresas que tienen personas para hacer esos procesos, sobre todo en todos los ámbitos administrativos.
El pacto inicial es que vamos a encontrar que los que más fácil lo adopten, más eficientes van a ser. Serán capaces de realizar una mayor cantidad de tareas en el mismo periodo de tiempo, lo que permitirá que algunos destaquen sobre otros, como ocurrió en su momento con las personas que dominaban el uso de herramientas como PowerPoint y Word en comparación con aquellos que aún trabajaban con máquinas de escribir.
El primer impacto de la implementación de tecnologías como la IA, es la optimización de la productividad de las personas y las empresas que las adopten de manera temprana. A medida que más individuos con habilidades tecnológicas se incorporen en diversos ámbitos, experimentaremos una transformación real de los procesos.
No necesariamente. La respuesta normal sería decir que la mejora de eficiencia presenta mejoras de productividad y beneficios para todos. Con el tiempo, al igual que ocurre con todas las tecnologías, todos terminarán adoptándola y, por lo tanto, competiremos en igualdad de condiciones.
Un ejemplo ilustrativo es el uso de videoconferencias antes de la pandemia. ¿Quiénes fueron los primeros en adaptarse rápidamente? Aquellos que ya estaban familiarizados o tenían la capacidad de utilizar esta tecnología de manera sencilla. Empresas dinámicas comenzaron a utilizarla en cuestión de días. Sin embargo, muchas otras empresas que carecían de equipos portátiles se vieron obligadas a regresar a la oficina para trabajar en el ordenador. Con la implementación de IA, se seguirá un patrón similar. A día de hoy, es una herramienta ampliamente adoptada en el entorno empresarial.
Agustín Rodríguez, CEO de pfs
Diría que a todos los mercados cuyos negocios muevan información. Incluyendo sectores como el financiero, asegurador, comunicación, publicidad y servicios profesionales, así como abogados, arquitectos, ingenieros, medicina y farmacia. Todos aquellos en los que, el resultado del negocio, sea la generación de un contenido inteligente que aprovecha de otros que antes existían. Por ejemplo, para hacer una nueva fórmula para un nuevo medicamento puede ayudar mucho, para un nuevo diseño para una web, para mensajes de comunicación utilizados para redes sociales, entre otros.
La sustitución total de una persona por tecnología nunca ocurre, ni en la industria ni en ningún otro ámbito. Esto significa que, con máquinas, un ingeniero y personal de mantenimiento, es posible realizar tareas que antes requerían 60 trabajadores en una fábrica. Sin embargo, no se trata de reemplazar a todas las personas, siempre habrá un factor humano presente. Lo que sucede es que a medida que enseñamos a las máquinas a realizar desde tareas sencillas hasta complejas, una sola persona puede manejar la producción que anteriormente requería dos, veinte o incluso cien personas.
El verdadero resultado de esta ecuación es que las personas se vuelven mucho más eficientes, lo que les permite realizar mucho más de lo que antes eran capaces. Como resultado, se necesita menos personal para llevar a cabo la misma tarea. En consecuencia, las personas deben prepararse para desempeñar funciones importantes y distintivas que una máquina no puede realizar, tareas que no sean repetitivas y automatizables.
No creo que la clasificación de los trabajadores en categorías sénior o júnior sea relevante, hay personas con 30 o 40 años de experiencia que han atravesado todo el proceso de adaptación digital de forma muy rápida y positiva. Se trata de la disposición y el esfuerzo para adoptar la tecnología. Las personas que tienen entre 40 y 60 años han atravesado todo el proceso de adaptación digital. No estamos hablando de los 60 años, ni de los trabajadores de los años 2000 que nacieron en la década de 1940. Si han adoptado Internet y los smartphones, ¿por qué no podrían adoptar la IA?
Tener una buena barrera de seguridad digital va a ser exactamente igual que tener una llave en la puerta, un pin en la tarjeta y tener total seguridad dentro de los procesos de la compañía. Es indispensable, pero lo es ya; con IA lo será más. ¿Cómo sobrevivirá una empresa que no tenga barreras de ciberseguridad adecuadas? La respuesta es que no lo hará, se las cargarán.
Se convertirá en una comodity indispensable, como tener ordenadores, acceso a Internet, o smartphones.
En contra de restringir. Lo importante es cómo podemos aprovechar al máximo las nuevas tecnologías que surgen. Debemos reflexionar sobre cómo ser los primeros en utilizarlas y cómo podemos beneficiarnos realmente de ellas en nuestros procesos. Debemos preguntarnos cómo podemos mejorar nuestros procedimientos y brindar un mejor servicio a nuestros clientes gracias a estas innovaciones. Esa es la reflexión.
