El consejo de administración de Abengoa aprobó el plan de viabilidad, pero está lejos de garantizar el futuro de la empresa. Falta que sea aceptado por los acreedores. El día D será mañana en el que le presenten la hoja de ruta.
Por parte de la empresa se expondrá un plan de desinversiones de 1.000 millones en activos de bioenergía, reducir su tamaño con fuertes ajustes que rebajará la facturación un 33%,iniciativas para recortar la deuda de 9.000 millones a 3.000 millones y un plan de financiación.
Los últimos aspectos son los más espinosos porque la banca debería asumir una enorme quita y seguir refinanciando la deuda. Con seguridad, la banca y bonistas optarán por capitalizar para hacerse con el control de la compañía. Actualmente, Inversión Corporativa, la sociedad instrumental de la familia Benjumea y de los fundadores de la empresa, tiene el 46,5% del capital. El núcleo duro de accionistas verá como se reduce su participación por debajo del 8% si la banca decide capitalizar la deuda.
Pero las negociaciones se pueden complicar más debido a la situación de sus filiales. La compañía ha declarado la quiebra de tres sociedades en Brasil acogiéndose al proceso judicial para reestructurar la deuda que asciende a 700 millones.
La filial en Estados Unidos, Atlantica Yield, ha comunicado a la SEC, que la situación de una de ellas, Abengoa Concesiones Brasil Holding, podría afectar a sus ingresos, debido a que recibe dividendo de la empresa. Debería recibir 17 millones. "Atendiendo a los términos de un acuerdo entre Yield y Abengoa, en el caso de que el dividendo anual que paga Abengoa Concesiones Brasil Holding estuviera por debajo de la cantidad acordada, Yield tiene derecho a posponer el pago del dividendo que abona a Abengoa en la misma cantidad en que se recorte el de Abengoa Concesiones Brasil Holding a Yield", indica la compañía al regulador.
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