El Consejo de Administración de Abengoa ha acordado proceder a la negociación de la reestructuración de su deuda y los recursos necesarios para así continuar su actividad de forma competitiva y sostenida en el futuro.
El acuerdo con los acreedores debe alcanzarse antes de que finalice el período marcado por preconcurso de acreedores, marcado en el 28 de marzo. La compañía señala en un comunicado que la entrada en concurso "implicaría una destrucción de valor para acreedores y accionistas muy superior a la de cualquier escenario de continuidad, todo ello sin evaluar el enorme coste social que tal situación implicaría".
A nivel operativo la compañía desarrollará su negocio concentrándose en las actividades de ingeniería y construcción con tecnología propia o de terceros, desprendiéndose de otros activos que reduzca la facturación en dos terceras partes de los obtenidos en 2014. En ese ejercicio el volumen de negocio alcanzó una cifra de 7.150 millones. Este plan contempla la venta de los activos no fundamentales incluyendo todos los de biocombustibles de primera generación.
La clave a corto plazo para la compañía será un acuerdo sobre la deuda con la banca acreedora. El plan incluye la reducción de la deuda corporativa desde los actuales 9.000 millones a entre 3.000 y 4.000 millones. La compañía aplanteará quitas, amortizaciones y capitalizaciones de deuda. Los bancos como bonistas estarían dispuestos a entrar en el capital de la compañía e inyectar nuevo capital en la empresa.
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