Adiós a los bancos tradicionales: no sólo la política se mueve

Los resultados de las últimas elecciones en España han dejado un mensaje claro: los partidos tradicionales ya no son lo que eran. Todos los estudios sociológicos han mostrado cómo han sido mayoritariamente los denominados Millennials -parte de la ciudadanía por debajo de los 35 años- los que han aupado a los nuevos partidos: es decir, los jóvenes continúan participando en el sistema tradicional pero buscan nuevas reglas de juego más adaptadas a su forma de vida.

Pues aunque parezca sorprendente, esto mismo es lo que está ocurriendo en la banca. Los jóvenes siguen necesitando financiación para comprar su primera vivienda, su coche, para realizar viajes… pero ya no confían en los bancos tradicionales y, por ello, están buscando nuevas fuentes desde las que obtener sus recursos. Y lo más importante de este mensaje que están dando las nuevas generaciones es que, muy probablemente, estas nuevas formas de recurrir a la financiación hayan venido para quedarse, por lo que los bancos tradicionales deberían adaptarse lo antes posible para poder ofrecer servicios similares sino quieren desaparecer.

Por ejemplo, en este sentido cobran especial relevancia movimientos como el realizado por el banco estadounidense Union Bank, que ha cerrado un acuerdo con Lending Club ?el primer sitio de préstamos entre particulares- para comercializar créditos de forma conjunta. Lending Club ha ido duplicando su volumen de negocio desde 2007 (4.000 millones de dólares hasta marzo de 2014 y casi 300.000 clientes) utilizando tecnologías de automatización para unir inversores que quieren obtener ingresos mediante la concesión de préstamos a consumidores que precisan de recursos extraordinarios.

En un reciente estudio realizado por FICO, los jóvenes menores de 35 años afirmaban que era altamente probable que utilizaran este tipo de fuentes alternativas de crédito en los próximos doce meses, aunque en la actualidad sólo el 1% lo usa. Y esto, teniendo en cuenta que admiten que la seguridad en las transacciones o la confianza global es menor que en los bancos tradicionales. Los jóvenes ahora prefieren utilizar Apple Pay o Google Wallet desde su móvil y Venmo o PayPal para finalizar sus transacciones online. El estudio mostró además que los más jóvenes tienen hasta 10 veces más posibilidades de considerar los préstamos entre particulares que las generaciones más adultas. O, incluso si vamos más allá, este tipo de consumidor necesita poder contar con todos los servicios desde el móvil o Internet -no sólo pagos- y no quiere atarse a ninguna entidad, por lo que rechaza lazos de fidelidad y el engorro que supone.

Probablemente nunca pensamos que los partidos tradicionales pudieran perder las elecciones, por lo que también podríamos pensar que la banca tradicional no va a desaparecer nunca, pero tal vez, si no se adapta a las nuevas necesidades, ese sea el futuro que le espera.

Daniel Melo, director senior de FICO

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