El continente africano mantiene su pulso económico y este año crecerá de media igual que el año pasado. "Los países africanos, entre los que se cuentan algunos de los que más crecen del mundo, han mostrado una resistencia admirable frente a las adversidades económicas globales", ha afirmado el director de investigación del BAD, Abebe Shimeles. Eso sí, la institución señala que es necesario que se adopten políticas que "promuevan un crecimiento más rápido e inclusivo".
Para 2017 el pronóstico mejora y se espera que el crecimiento alcance el 4,5%, una mejora que se debería a la posible recuperación de la economía mundial y de los precios de las materias primas. Los flujos financieros hacia África cayeron en 2015 cerca de un 2% por menores inversiones y, sin embargo, la ayuda al desarrollo aumentó en un 4% mientras las remesas desde el exterior se mantuvieron estables.
En el mismo informe, el BAD destaca la urgencia de trazar planes de urbanización que den respuesta a la nueva realidad demográfica que crea el crecimiento económico ya que, según sus predicciones, dos tercios de los africanos vivirán en ciudades en 2050.
Esta transformación supone una oportunidad para nuevas inversiones en infraestructuras, pero también el reto de lograr un desarrollo sostenible que no descuide el bienestar de los habitantes de las ciudades y gestione bien el aumento de la densidad de población, advierte el BAD.
"En 2015, unos 879 millones de africanos vivían en países con un nivel de desarrollo humano bajo, mientras 295 vivían en países con nivel de desarrollo medio o alto", dice el informe, que advierte de que los jóvenes serán los más afectados por un desarrollo descontrolado de las ciudades. "En el África subsahariana, nueve de cada diez jóvenes trabajadores son pobres", concluye.
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