Este domingo hallaban muerto al fiscal argentino Alberto Nisman en su apartamento de Buenos Aires. Este hecho se produce tan sólo días después de que Nisman denunciara a la presidenta Cristina Fernández por encubrir, presuntamente, en el atentado con coche bomba que se produjo en 1994 en al sede de la Asociación Mutual Israelita-Argentina (AMIA). En dicho atentado murieron 85 personas y otras 300 resultaron heridas.
En su acusación, Alberto Nisman también incluyó al ministro de Exteriores, Héctor Timerman de conspirar para que la investigación criminal no prosperara para no enturbiar sus relaciones con Teherán y, por tanto, el acuerdo para importar petróleo no se encareciera.
Nisman, de 51 años, había asegurado que disponía de grabaciones que acreditaban su acusación por lo que, este lunes tenía que declarar en la Comisión de Legislación Penal en la Cámara de Diputados tras la petición de la acusación.
Por eso, las sospechas se han disparado en Argentina después de que este domingo el fiscal fuera encontrado muerto con un disparo en la cabeza. Aunque Nisman ya había recibido amenazas tras las que habría pedido a la Fiscalía que reforzaran su protección, las autoridades que investigan su muerte piden prudencia ya que "no se puede observar si fue suicidio o no".
El ministerio de Seguridad, a través de un comunicado", ha asegurado que "el fiscal disponía de 10 efectivos de la Policía Federal Argentina para su custodia personal". Seguridad también ha notificado que "junto al cuerpo de Nisman, que se hallaba en el suelo, se encontró un arma de fuego calibre 22, además de un casquillo de bala".
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