La debilidad de las materias primas vuelve a protagonizar la actualidad financiera después de que el oro haya perdido los 1.100 dólares por onza (en estos momentos recupera "por la mínima" este nivel) y el petróleo West Texas haya dejado atrás, de nuevo, el soporte que le conferían los 50 dólares el barril. No terminan de aclararse las dudas en torno al exceso de oferta del crudo y la presión bajista hace mella cada vez que puede en su precio, y eso que el Banco Mundial acaba de elevar sus previsiones…
En este sentido, Saurabh Lele, analista de materias primas de Loomis Sayles, gestora afiliada a Natixis Global AM, se declara "alcista" en el "oro negro". A corto plazo, espera que el Brent cotice en un rango de 60-65 dólares por barril; y el West Texas en los 55-60. Recuerda que Irán no podrá hacer exportaciones sustanciales hasta principios del año que viene, "como muy pronto".
Así, de cara a los próximos seis/doce meses, deberían volver a niveles razonables de 80-90 y 70-80 dólares por barril, respectivamente. Valoraciones necesarias para "incentivar el crecimiento de la oferta en Estados Unidos y que ésta ayude a equilibrar el crecimiento de la demanda mundial (aproximadamente 900.000 barriles diarios).
Por el contrario, Christoph Riniker, estratega jefe de renta variable de Julius Baer, considera que el precio del petróleo se mantendrá a la baja durante más tiempo, lo que implica un importante lastre para el sector energético. "El bajo rendimiento de esta industria se puede explicar por estas valoraciones reducidas, así como la expectativas de unas ganancias inferiores. No esperamos cambios en estos dos factores en el futuro próximo y, por tanto, rebajamos nuestra recomendación a infraponderar".
Mientras tanto, el oro ha caído a su nivel más bajo en cinco años, "encajado" entre las especulaciones de "burbuja" y las dudas sobre la recuperación económica global, especialmente China, no ha conseguido beneficiarse ni de los recientes episodios de aversión al riesgo provocados por Grecia y China. Explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, que "los inversores saben que las autoridades van a intervenir en defensa de la estabilidad financiera, amortiguando con ello cualquier riesgo que pueda surgir".
Al mismo tiempo, recomienda pensar en la demanda del metal precioso desde dos puntos de vista: como objeto de consumo y como inversión: "En situación de mejora económica, pesa más el primer factor; en situaciones de incertidumbre, es el segundo el que lidera (…) ¿Qué puede primar en estos momentos? Muchas dudas económicas, pero poca incertidumbre aparente en los mercados. ¿Contradictorio? Lo es, pero en ambos casos negativo a corto plazo para los precios del oro. Un nuevo ejemplo de la distorsión en los mercados de las políticas expansivas de tipo cuantitativo".
Con todo, advierte: "La complacencia nunca es buena. Ya saben que las crisis ocurren porque no se anticipan. Y es evidente que la volatilidad como sinónimo de riesgo no está funcionando. El oro, por el contrario, sí puede ser un instrumento adecuado para diversificar la cartera y amortiguar el coste de los errores. Especialmente en mercados tan correlacionados como los actuales. Pero, naturalmente, tenerlo en cartera no es gratuito. Vean su reciente caída desde este punto de vista".
Desde Barclays creen que el oro debería mantener un rango de cotización cercano a los niveles actuales, aunque no descartan ver nuevas caídas, "ante la falta de interés por los refugios seguros". Bajista es también el analista de Loomis Sayles, que prevé un descenso hasta los 1.000 dólares la onza en los próximos dos años, ante la reducción de la demanda en China e India, la oferta minera fuerte y la subida de tipos de la Fed.
"Los otros": cobre, hierro y carbón
Finalmente, Saurabh Lele se reconoce alcista para el cobre: "Actualmente, el stock es bajo y tan solo un pequeño repunte de la demanda podría da lugar a un incremento de los precios". A más largo plazo, espera un ligero superávit en los próximos dos años, antes e que el crecimiento de la oferta se desacelere, quizá abruptamente, dando lugar a un gran déficit.
Sin embargo, su posicionamiento es bajista para hierro (prevé que las valoraciones se mantengan en el rango de los 60-65 dólares por tonelada durante los próximos seis meses) y carbón (pronostica un rango de entre 50 y 60 dólares por tonelada en un horizonte temporal de cinco años).
Coincide con Carsten Menke, analista de materias primas de Julius Baer, al señalar que "la baja demanda de China, mantendrá al mercado de hierro sobreabastecido, deprimiendo los precios y presionando los márgenes".
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