A mediados de junio de 2014, Arabia Saudí emprendió una guerra de desgaste contra sus competidores al evitar la caída en picado del precio del petróleo. El objetivo era expulsar del mercado a Estados Unidos y Rusia y aumentar su cuota de mercado. Año y medio después el petróleo está en mínimos de doce años, rozando los 30 dólares el barril. Rusia atraviesa por la peor crisis de los últimos años y la industria del fracking estadounidense no pasa por su mejor, pero está comenzando a pasar factura a Arabia Saudí, que necesita el barril a 100 dólares para que su economía funcione a pleno rendimiento con equilibrio fiscal.
El precio del petróleo ha ido demasiado lejos incluso para el primer productor del mundo de crudo. El déficit del Estado árabe se ha elevado al 16% del PIB, que equivale a casi 90.000 millones de euros, principalmente por una caída muy elevada de los ingresos. Más del 80% de la economía del país depende las exportaciones de petróleo. En un reciente informe del FMI advertía que con el nivel a 50 dólares, Arabia Saudí laminaría el colchón presupuestario cosechado por los superávit de estos años en 2020.
La economía saudí se ha vuelto excesivamente dependiente del petróleo. Sus prepuestos que registran un fuerte gasto militar y social, basado subvenciones, y lo que es peor están basados en un precio que tiene que estar por las nubes para ser sostenible. Una situación de la que son conscientes las autoridades saudís que han tomado medidas inéditas.
Por primera vez, el Reino ha salido al mercado de capitales emitiendo bonos. Apenas captó 4.000 millones de dólares. Los inversores dan por descontado que durante el próximo ejercicio tendrá que volver a colocar deuda y lo hará a un fuerte coste. Actualmente, los CDS, los famosos seguros de impagos, cotizan al mismo nivel que los portugueses en 190 puntos básicos, que indican que el mercado cree que ambos países tienen las mismas posibilidades de quebrar o, visto de otra forma, a Arabia Saudí le costará lo mismo endeudarse que a Portugal.
Además el banco central del país ha recurrido a retirar reservas de divisas en 70.000 millones, según estimaciones de BlackRock. Asimismo, el Gobierno ha decidido aumentar el precio de los productos petroleros que están fuertemente subvencionados. En concreto, ha elevado el precio de la gasolina un 50%, además de encarecer el precio de la electricidad y gas.
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