Dos años y dos días sin poder salir de casa son mucho tiempo para cualquier persona. También para Julian Assange, a quien parece que su cautiverio en la Embajada de Ecuador en Londres se le está haciendo demasiado largo.
Así lo ha transmitido en una rueda de prensa conjunta, con el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño, donde se ha querido llamar la atención sobre las condiciones en las que vive el Australiano, desde que se desatara el escándalo Wikileaks y decidiera aceptar el asilo político que le ofrecía esta embajada.
El fundador de esta plataforma, preguntado si es cierto que unos posibles problemas de salud estarían haciéndole plantearse una posible "rendición", se ha limitado ha afirmar: "Voy a salir pronto de la embajada, pero quizá no por las razones mencionadas por la prensa de Murdoch y Sky News" (refiriéndose a las especulaciones sobre su problema de corazón).
Aunque Assange no ha querido referirse especialmente a este tema, ni ha como sucederá su abandono de la embajada si ha apuntado que, "Estar detenido, de diversas formas, durante un periodo de cuatro años, dos de ellos en la embajada, sin contacto con el exterior ni luz solar, provocaría que cualquier persona sana empiece a experimentar dificultades".
El activista australiano, en su discurso, ha aprovechado para reivindicar su inocencia y para rechazar las alegaciones de violación de dos mujeres suecas: "Nunca se han presentado cargos en mi contra, ni en Suecia ni en el Reino Unido", ha apuntado
El Gobierno de Ecuador también ha aprovechado la intervención para lanzar una campaña internacional para conseguir que Julian Assange pueda abandonar su encierro. El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, ha sentenciado: "Esta situación debe terminar; dos años son demasiados; es hora de liberar a Julian Assange, de que sean respetados finalmente sus derechos humanos. Llamamos a la comunidad internacional a que se sumen a campaña para alcanzar su libertad".
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