Esta combinación de factores ha hecho que se tambalee la situación de esta empresa que comenzó en el año 1900 y que contó entres sus clientes con importantes figuras de la política como Winston Churchill y agentes especiales de la Segunda Guerra Mundial.
"Austin Reed es una marca bien considerada e icónica", explicó Peter Saville, uno de los recién nombrados administradores. "Estamos seguros de que se trata de una propuesta atractiva para una amplia gama de potenciales compradores", añadió.
El minorista de ropa se convierte así en la segunda marca en Reino Unido que entra en administración estos días, siguiendo los pasos de los almacenes BHS, que tiene a 11.000 empleados pendientes de una solución, y que supone el mayor fracaso desde el colapso de la tienda Woolworths en 2008.
Necesidad de una web mejor
Para los analistas, la firma ha conseguido mantener el ritmo con sus competidores, pero apuntan a que tal vez lo más decepcionante, es como su página web "no es lo suficientemente buena para los estándares que se necesitan en la actualidad", subrayó Rupert Eastell, jefe de ventas de la consultoría RSM.
Austin Reed fue comprada la semana pasada por los especialistas en venta al por menor Alteri, por una suma que no fue hecha pública, si bien se difundió que habían prestado 6 millones de libras el año pasado con el fin de mejorar sus operaciones en línea y comprar nuevas acciones.
"Nuestra prioridad ahora es trabajar con todos los interesados y determinar la ruta más óptima para seguir hacia delante con el negocio y servir a clientes en todo el Reino Unido e Irlanda", explicó Saville, de Alixpartners.
Posible comprador
Better Capital, firma de capital privado dirigida por el veterano inversor Jon Moulton y propietario de la cadena de moda Jaeger, figura en las quinielas como posible comprador para hacerse con Austin Reed. Si bien compañía no quiso entrar en rumores ni especulación, sí dijo que no estaba "desinteresada" en la operación.
En los últimos años, la compañía Austin Reed lleva luchando ante la bajada de sus ventas y se vio obligada a cerrar en 2015 un total de 31 tiendas que no eran rentables. En aquella ocasión, lo hizo mediante un acuerdo voluntario de la empresa y algunos de sus empleados.
Hasta 2011, su tienda insignia se situaba en el número 113 de la céntrica Regent Street en Londres, una localización que fue cambiada por un local más pequeño en el número 100 y que ahora también está en venta.
Según un informe de la Unidad de Inteligencia Económica, más de 350 cadenas minoristas del Reino Unido han pasado a ser administradas desde el año 2007, afectando a un total de más de 250.000 trabajadores.
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