Culpabilizarse por las malas decisiones tomadas no es la vía adecuada para solventar los problemas. La ausencia de autocrítica constructiva genera retrocesos en nuestros procesos y nos aleja de ser más eficientes. Es por ello que, para ser más productivos hay que plantearse cuáles son los inconvenientes y las soluciones que tenemos a nuestro alcance. Pero, ¿cómo se realiza un apropiado ejercicio de autocrítica para que los problemas del ayer no sean los obstáculos del mañana?
El CEO de Goalboxes, Aritz Urresti, en su libro “El Método de Las Cajitas” esboza cómo se realiza un buen ejercicio de autocrítica.
PUNTO DE PARTIDA
Para llevar a cabo la autoevaluación es preciso haber marcado unas metas a alcanzar. De esta forma, mediante estos propósitos se podrá cuantificar el grado de “compromiso, motivación y responsabilidad”. Por lo que un mal comportamiento puede ser útil para corregir nuestros errores.
EL MOMENTO MÁS APROPIADO
Para ver los puntos a favor, los errores y poder darles una solución, es importante buscar el momento ideal del día en el que podamos reflexionar. Ampliando nuestra perspectiva de visión, incrementaremos las posibilidades de éxito y detectaremos eficazmente los problemas. La importancia de este aspecto se relaciona directamente con otra de las claves que da Aritz Urresti y es que no hay que dejarse llevar por el subconsciente ni por las prisas, las cuales nos llevarán por un camino en el que nos encontraremos con las soluciones menos efectivas.
Errar es propio del ser humano, pero no implica que nos culpabilicemos por ello cada vez que no logremos nuestras metas.
DOS MEJORAS POR DÍA
Finalmente, si al evaluar la situación observamos muchos problemas, antes de poner en marcha estrategias que puedan abrumarnos, es mejor ir poco a poco e implementar dos acciones diarias. Si se tiene en cuenta esto, en una semana estas acciones ascienden hasta 14 y en un mes habremos sido capaces de poner en marcha 50.
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