Banco Popular ha estado en el punto de mira de Banco Sabadell, CaixaBank y hasta BBVA, y los rumores de una posible compra se han intensificado con la salida de Ángel Ron, sustituido por Emilio Saracho. De hecho, Bloomberg apuntaba que éste dirigente ha recibido mandato del Consejo de Administración para “estar abierto a todas las opciones estratégicas, incluida la venta”. Carlos Peixoto, analista de BPI Online, explica a S&P Global Market Intelligence, que la entidad es “candidata a ser comprada (…) será un tema en 2017”. Tras la ola de consolidación que trajo consigo la crisis de 2008, España cuenta ahora con 14 grupos bancarios, frente a los 55 de hace menos de una década, “y puede haber llegado el momento para más integraciones”, apunta la firma. Benjie Creelan-Sandford, de Jefferies, coincide al afirmar que “es probable que asistamos a una mayor consolidación en el sector bancario”, siendo Banco Popular un “objetivo potencial debido al débil precio de sus acciones”. El hundimiento del valor, se suma a sus ‘débiles’ cifras: espera cerrar 2016 con provisiones por valor de 4.700 millones y pérdidas de hasta 2.000 millones. A finales de septiembre, sus activos inmobiliarios ascendían a 27.700 millones y esta parte del negocio registró ‘números rojos’ de 723 millones en los nueve primeros meses del ejercicio. Banco Popular prepara la escisión de estos activos tóxicos, reduciéndolos en 6.000 millones. Un paso, clave, apunta Peixoto, “para encontrar un posible pretendiente (…) pues los potenciales compradores están muy preocupados por su exposición al ‘ladrillo’ como para estar dispuestos a adquirir la entidad”. Igual opinión recoge S&P Global Market Intelligence de Javier Santacruz, economista del Instituto de Estudios Bursátiles: “Si el banco sigue esta idea, podría ser una buena estrategia para ser más atractivo a los inversores”. En este sentido, Creelan-Sandford añade: “Todos los principales bancos miran a Popular (…) podría haber un número importante de interesados”. Tendrá que ser un “comprador local, pues el alcance de las sinergias será mucho mayor. Un extranjero haría más difícil justificar el acuerdo”, añade Peixoto.
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