El pasado mes de septiembre, BBVA anunció a sus empleados el Proyecto Vanguard, el nombre con que bautizó al proceso de ajuste interno que iba a llevar a cabo con el objetivo de centralizar las tareas administrativas de las sucursales en su filial, OPPlus, y reforzar las funciones comerciales de la red. Durante la presentación de resultados antes analistas (), el consejero delegado, Ángel Cano, ha dado por concluido el proceso de reestructuración con un coste de 250 millones, en el que se ha aprovechado para realizar recortes adicionales en el Centro Corporativo. "Se ha eliminado el trabajo de back-office de las oficinas y se ha centralizado en OPPlus", ha explicado.
El proyecto afectaba a un total de 917 puestos de trabajo que iban a ser sustituidos por empleados por OPPlus en las oficinas para reforzar la venta de productos, mientras se eliminaba las funciones administrativas de la red. Las oficinas han pasado a contar con trabajadores externos de BBVA con un perfil de recién licenciado y con peores condiciones salariales. El resultado ha sido una reducción de plantilla de 311 y 94 oficinas menos.
El banco azul todavía no ha terminado los ajustes internos una vez que se ha adjudicado Catalunya Banc. En la presentación de la operación, la directora de España y Portugal de BBVA, Cristina de Parias, explicó que la integración conllevará recortes con un coste estimado de 450 millones que afectará a la plantilla y a las oficinas de la entidad adquirida ().
Catalunya Banc tiene 773 oficinas. El 94% se encuentran situadas en Cataluña. La entidad ya sufrió un duro adelgazamiento durante su nacionalización en la que redujo la plantilla en 2.340 trabajadores, un 33% de la plantilla, y cerró 390 sucursales fuera de Cataluña.
BBVA adquirió Catalunya Banc por 1.187 millones, aunque a cambio de quedársela ha recibido ayudas del Frob por encima de los 400 millones para reducir futuras pérdidas ocasionadas por litigios judiciales con productos financieros o rupturas comerciales.
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