Abengoa y la banca acreedora han superado uno de los principales escollos para alcanzar un acuerdo. Tanto las entidades financieras como los bonistas pretendían reducir al mínimo la participación de la familia Benjumea y el resto de fundadores. Los Benjumea aspiraba a mantener alrededor de un 30%, desde el 51% que tienen actualmente, aunque renunciaran a los derechos políticos.
Según informa Reuters, ahora estaría dispuesto a diluir su participación para desbloquear la negociones y permitir la supervivencia de la compañía, que necesita inyección de 1.700 millones para superar el preconcurso de acreedores.
El 28 de marzo vence el plazo para que la compañía evite el concurso de acreedores y las posturas están muy alejadas entre empresa, banca y bonistas. La compañía ha presentado un plan de viabilidad, que aparte de 1.700 millones, incluye fuertes quitas para reducir la deuda de 9.000 millones a 3.000 millones o capitalizar la deuda.
El pasado viernes la compañía anunció que no podía pagar las nóminas de sus trabajadores de febrero. Se esperaba que los bonistas aportaran 160 millones de urgencia dentro de la hoja de ruta de las negociaciones, después que a final de año la banca inyectara otros 100 millones. Abengoa ha informado a sus trabajadores que ha logrado reunir la liquidez suficiente para abonar los salarios.
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