Sin embargo, los activos bajo gestión de BlackRock a fecha del 30 de junio se incrementaron un 3% respecto al primer trimestre, hasta los 4,89 billones de dólares (4,39 billones de euros), un 4% por encima de la cifra del año anterior. En los primeros seis meses del año, el beneficio neto de la entidad se redujo un 12% en relación con el año anterior, hasta 1.446 millones de dólares, mientras que los ingresos fueron de 5.428 millones de dólares, lo que representa una caída del 4%.
El consejero delegado de BlackRock, Laurence D. Fink, comentó que los inversores se están enfrentando a desafíos "sin precedentes" en el actual escenario de inversión, pero destacó que en este periodo fueron capaces de generar 2.000 millones de dólares de flujos netos a largo plazo.
"La incertidumbre macroeconómica y política, las rentabilidades históricamente bajas y la elevada volatilidad están frenando a nuestros clientes, como demuestran más de 55 billones de dólares depositados en los bancos de EEUU, China y Japón", añadió el consejero delegado.
"Los mercados de valores se han recuperado mucho", asegura el CEO de BlackRock, Larry Fink en una entrevista. "Tenemos una gran viento de cola en la actualidad." Los expertos consultados por Reuters señalan que "la gente está acostumbrada a números muy buenos de crecimiento que no se han obtenido este trimestre y por eso hay una cierta decepción para los inversores".
BlackRock atrajo 1.540 millones de dólares "a largo plazo" en el segundo trimestre, frente a unas salidas de 7.300 millones del mismo trimestre del año anterior. Un enfoque clave para BlackRock ha sido aumentar el rendimiento en su negocio de selección activa, lo que genera tasas más elevadas que los ETFs indexados.
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