Aunque China sigue clasificada como mercado emergente, se enfrenta a una serie de retos que muchos considerarían más bien propios de países del mundo desarrollado. Con una superficie aproximada de 9,6 millones de kilómetros cuadrados y una población superior a los 1.300 millones de personas, China es un país gigante en todos los sentidos.
Por ello, todas las noticias que llegan sobre su economía y su mercado levantan el interés de los expertos. La última fue el batacazo que se dio después de que millones de chinos comenzaran a operar en su parqué. El desplome hizo se despertara el interés de los inversores.
Las empresas chinas pueden cotizar y negociarse tanto en la China continental como en Hong Kong. Las acciones "A" están disponibles en las bolsas de Shanghai y Shenzhen, pero con frecuencia, los únicos que pueden invertir en ellas son los inversores domésticos. En cambio, las acciones "H", cotizadas en la Bolsa de Hong Kong, están disponibles principalmente para inversores foráneos.
Soy español, ¿puedo invertir en China?
Los inversores extranjeros también pueden invertir en compañías de la China continental a través de una gama creciente de fondos cotizados (ETF). Dos de los índices de renta variable más utilizados en China son el Shanghai Stock Exchange Composite (SHCOMP) y el Hang Seng China Enterprise (HSCEI).
El SHCOMP es un índice ponderado por capitalización de mercado, que registra la evolución diaria de todas las acciones A y B cotizadas en la Bolsa de Shanghái.
El HSCEI es un índice de flotación libre, ponderado por capitalización, de las acciones H cotizadas en la Bolsa de Hong Kong e incluidas en el índice Hang Seng Mainland Composite.
Brillo a nivel internacional
En 2014, la Bolsa de Shanghái fue la de mejor comportamiento del año a nivel mundial, al registrar una subida superior al 50%. Según cifras de Bloomberg, las compañías industriales, de tecnologías de la información y financieras se contaron entre las más destacadas del año.
Además, en el primer trimestre de 2015, el índice China Stock Market (SSE Composite) se revalorizó un 21,27% en libras esterlinas. El mercado de Hong Kong, medido por el índice Hang Seng Mainland Composite, subió un 11,27% en libras durante el mismo periodo.
Acceso al mercado
La política monetaria acomodaticia del Banco Popular de China, el optimismo en torno a las reformas del gobierno y los esfuerzos para abrir el mercado chino a los inversores extranjeros son algunos de los principales factores que han impulsado a la Bolsa de Shanghái en los últimos meses.
Creado en 1990, este mercado experimentó cambios de gran calado en 2014 con el lanzamiento del programa Stock Connect, que permite a los inversores de Hong Kong comprar valores cotizados en Shanghái, y a inversores de la China continental comprar acciones cotizadas en Hong Kong.
Dada la accesibilidad global de la Bolsa de Hong Kong, la medida abre la inversión en la mayoría de las acciones de la Bolsa de Shanghái a inversores de todo el mundo.
En marzo de 2015, el presidente de esta última, Gui Minjie, anunció nuevos planes para transformar y modernizar la bolsa, a fin de mejorar el sistema Stock Connect y desarrollar el mercado naciente de opciones en China a través de una opción sobre ETF.
¿Nueva burbuja?
Pero, como en todo, hay que tener especial cuidado. Caroline Keen, gestora de Newton, parte de BNY Mellon, señala que es posible "que el gobierno esté permitiendo la formación de una pequeña burbuja bursátil en acciones A, a fin de impulsar el sentimiento. Su esperanza es que se produzca un efecto riqueza que respalde a la economía ante un bajón".
Keen destaca que el mercado de acciones A cotiza a una enorme prima respecto al de acciones H, "y en base a la combinación de disponibilidad y valoración, no nos parece atractivo en este momento. De momento, no me veo invirtiendo en el mercado doméstico. En mi opinión, las empresas de mayor calidad y niveles de rentabilidad particularmente elevados cotizan en Hong Kong", añade la experta.
hemeroteca