Tal y como esperaba el consenso de mercado, el Banco Central Europeo no ha tocado nada en cuanto a la política monetaria. La pelota está en el tejado de los gobiernos de los 27 países de la Eurozona, y ese es el mensaje que parece que quieren mandar desde la institución.

El tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se mantendrán sin variación en el 0,00 %, 0,25 % y -0,50 %, respectivamente. El Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE continúen en los niveles actuales, o en niveles inferiores, hasta que observe una convergencia sólida de las perspectivas de inflación hasta un nivel suficientemente próximo, aunque inferior, al 2 % en su horizonte de proyección, y dicha convergencia se haya reflejado de forma consistente en la evolución de la inflación subyacente.

Por otro lado, también han anunciado que el Consejo de Gobierno continuará sus compras en el marco del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) con una dotación total de 1.350 mil millones de euros. Las compras netas en el marco del programa de compras de activos (APP) continuarán a un ritmo mensual de 20.000 millones de euros, conjuntamente con las compras con una dotación de 120.000 millones de euros adicionales que se realizan con carácter temporal hasta final de año.

En cuanto a la rueda de prensa, Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha señalado que la incertidumbre sigue presente y que los indicadores macroeconómicos tocaron su suelo en abril y han mostrado un recuperación en mayo y junio, pero siguen lejos de los niveles previos a la pandemia. Por todo ello, ha asegurado que el BCE mantendrá la política ultraexpansiva con la intención de subir la inflación "siempre por debajo del 2%".