Las acciones estadounidenses cayeron en picado en su peor día desde el 19 de octubre de 1987, conocido como “Black Monday”, cuando el Dow Jones se estrelló un 22,6% en su mayor bajada en un solo día. 

Las caídas del 10% en el Dow Jones el jueves y del 9,5% en el S&P 500 fueron las peores para ambos selectivos desde 1987. El Nasdaq finalizó con un retroceso del 9,43%

La velocidad y la profundidad de la caída del jueves ha conmocionado a los inversores acostumbrados a una década de ganancias en Wall Street que apenas fueron interrumpidas por un puñado de correcciones. “Esto ha sido peor que cualquier día en 2008 durante la crisis financiera. Fue peor que el 11 de septiembre de 2001. Este es el mercado más aterrado que he visto desde que empecé en esto en 1993”, dijo a Reuters Christopher Stanton, director de inversiones de Sunrise Capital Partners.

Para muchos el mercado alcista más largo de la historia, que comenzó en marzo de 2009, está oficialmente muerto y la expansión económica más larga registrada en Estados Unidos está terminando. Wall Street está ahora en un mercado bajista.

Los inversores se mostraron preocupados por las nuevas restricciones de viaje del presidente Trump entre Estados Unidos y Europa. Esto hizo que las acciones de las aerolíneas cayeran. Entre ellas las de Boeing que se hundieron un 18,10%. Las acciones de United, Delta y American Airlines bajaron más del 21%. 

También la suspensión de los juegos deportivos profesionales en el país, las convenciones canceladas y los restaurantes medio vacíos han generado temores sobre cuán profunda será una presunta recesión.

Bespoke Investment Group cree que la recesión está casi garantizada en este punto. En los últimos 16 días el S&P 500 ha caído casi un 27%. Y el Dow ha perdido unos 8.000 puntos en las pasadas semanas.

La economía de EE.UU. Podría contraerse un 4% en el segundo trimestre según la firma de asesoría Capital Economics. “Además esperamos que el PIB se estanque en el tercer trimestre”", escribió Andrew Hunter, economista de Capital Economics, para quien el producto interior bruto en 2020 se reduciría un 0,6% en lugar de expandirse un 1,8% como se había previsto anteriormente.

Como reflejo de esa incertidumbre, el índice de volatilidad de Cboe, conocido como el "indicador de miedo" de Wall Street, registró el jueves en su mayor aumento de un día saltando a más de 76, su nivel más alto desde 2008.

La venta más reciente de Wall Street se produce cuando países de todo el mundo lidian con la forma de contener el coronavirus de rápido movimiento y sus efectos económicos.

El desplome se producía a pesar de que la Reserva Federal anunciase que aumentaría sus operaciones de financiación durante la noche del jueves al viernes a más de 500.000 millones de dólares. Tampoco se calmaron a pesar de comunicar también que ofrecerá una inyección masiva de efectivo de más de 1,5 billones en el sistema bancario en los próximos dos días para aliviar el mercado de deuda de EE.UU. Esto se produce cuando el mercado del Tesoro ha mostrado signos de tensión. Las tipos de interés sobre la deuda del gobierno estadounidense recientemente cayeron a niveles récord, ya que los inversores invirtieron dinero en activos seguros, pero ahora el comercio en ese mercado está teniendo problemas.

La acción del banco central no tiene como objetivo estimular directamente la economía, sino garantizar el funcionamiento adecuado del mercado de bonos del Tesoro que influye en todos los demás mercados de crédito.