Después de destinar 64.000 millones de euros entre abril y noviembre para ayudar a 67 millones de personas pobres en la pandemia, el Gobierno de Brasil buscará recaudar en 2021 unos 58.000 millones de euros con la venta de activos.
En la lista de 115 activos a privatizarse están Eletrobras (energía), Correos, Trensurb (trenes urbanos), Codesa (logística), además de 16 puertos, 6 carreteras, 3 ferrovías, 22 aeropuertos y parques nacionales, entre otros.
Gasto y recaudación
La iniciativa, un plan de la administración de Jair Bolsonaro que fue interrumpido por la oposición parlamentaria y por la emergencia sanitaria, apunta a compensar tanto la caída anual de la economía como los gastos.
En efecto, mientras el PIB se contrajo -11,1% en los dos primeros trimestres, las ayudas sociales representaron un 10% del PIB. “Protegimos a los más vulnerables y preservamos la economía”, dijo el ministro de Hacienda, Paulo Guedes.
Ahora, el Gobierno quiere reactivar el plan inicial de privatizaciones LINK con las que se proponía recaudar 16.000 millones de euros en 2019, incluyendo empresas “obesas, lentas, burocráticas y caras”, según las calificó Hacienda.
Segunda ola
Las desestatizaciones y alianzas público-privadas, ahora con fecha para realizarse en 2021, le permitirán al país obtener 58.000 millones de euros, dijo -el miércoles (2)- la secretaria especial del Gobierno, Martha Seillier.
Esto será posible, advirtió por su parte el jefe mayor de Hacienda, mientras no llegue una segunda ola de covid-19. Si llega a ocurrir el rebrote, el auxilio financiero a los más pobres, que expira a fin de mes, será renovado.
“No es una posibilidad, es seguro: deberemos reaccionar”, afirmó el ministro, principal defensor de las privatizaciones para modernizar el estado brasileño, impulsor del recorte de gastos y de la reducción del déficit fiscal.
Pandemia y economía
Brasil cuenta 6.577.177 casos de contagios en el tiempo que lleva de pandemia, al tiempo que los fallecidos llegan a 176.628, según datos del ministerio de Salud actualizados este fin de semana.
Simultáneamente, el equipo de Bolsonaro trabaja contrarreloj para conseguir una vacuna que le otorgue a la población inmunidad ante el coronavirus y, además, confianza en el plan de recuperación económica. Desafío titánico cuando el país aún no ha salido de la primera ola de la pandemia, según analizan especialistas.
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