La última decisión clave del Gobierno de Mariano Rajoy fue optar por dejar aprobados los presupuestos para el próximo año. Unas cuentas que deberán asumirlas el nuevo Ejecutivo que sea elegido en las próximas elecciones, o reformarlos. Los actuales presupuestos son un brindis al sol que ha puesto de relieve la Comisión Europea.
Bruselas ve riesgos de que España incumpla sus objetivos de reducción de déficit comprometidos para los ejercicios de 2015 y 2016, por lo que pidió cambios «lo antes posible» en los Presupuestos Generales del Estado de 2016. Espera un desvío de tres y siete décimas, respectivamente, en los objetivos de reducción del déficit público que España ha comprometido con la Unión Europea, del 4,2 y 2,8 % para los años 2015 y 2016.
Se da la circunstancia que la desviación de tres décimas con la parte la Comisión de la previsión presupuestaria, coindice con el impacto de la decisión de adelantar la rebaja del IRPF para este año, con lo que los actuales presupuestos han partido con una rémora de 3.000 millones. Según las cuentas de Bruselas, España tendrá que afrontar ajustes por 7.000 millones; con la ejecución presupuestaria de 2015 a punto de finiquitarse, el nuevo Gobierno que se forme a principio de año tendrá comprometerse a ellos o pedir una prórroga a Bruselas para cumplir con los objetivos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
La Comisión ha pedido a España ejecutar por completo el presupuesto de 2015 y tomar las medidas necesarias dentro del proceso presupuestario nacional para asegurar que las cuentas de 2016 cumplan con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que establece un déficit inferior al 3 por ciento del PIB. "Las autoridades nacionales son invitadas a enviar lo antes posible un plan presupuestario que incluya medidas regionales específicas. El nuevo plan debería tener en cuenta la presente opinión para cumplir con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento", señaló en un comunicado.
Demasiado optimista
La Comisión indica que el escenario macroeconómico que conforma la base de los presupuestos de España para 2016 parecía "de algún modo optimista". El Gobierno presentó en septiembre a Bruselas un plan macroeconómico con una subida del PIB del 3,3% en 2015 y del 3,1% en 2016, que contrasta con el 3,1%y el 2,7% que espera Bruselas."Según las previsiones de la Comisión, los pronósticos para el crecimiento corren el riesgo de desviarse a la baja, y principalmente están relacionadas con el sector exterior, si la desaceleración de los mercados emergentes se intensifica".
Rajoy ha defendido las cuentas de su Gobierno afirmando que desde que él está al frente del Ejecutivo siempre se ha cumplido el déficit y que el país ha recuperado actividad económica y empleo y todo eso hace que aumente la recaudación y esté al alcance cumplir el objetivo. "En alguna ocasión quien se ha sido la Comisión Europea, probablemente estaban pensando en otras épocas en que nos desviábamos hasta tres puntos", ha señalado en referencia al déficit en la época de José Luis Rodríguez Zapatero.
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