Caixabank comenzará en septiembre la comercialización de tarjetas biodegradables de las que pretende distribuir alrededor de 150.000 unidades anuales. En concreto, estarán fabricadas, principalmente, por ácido poliláctico (PLA), un bioplástico que se obtiene a través del almidón de maíz, mientras que el resto de componentes proceden de la biomasa.
Este tipo de tarjetas solamente estarán disponibles en la modalidad de tarjeta regalo, ya que al tratarse de un material biodegradable la duración estimada es de dos años, tiempo similar a la caducidad de este tipo de tarjetas.
«La llegada al mercado de este producto supone un importante avance de un plan específicamente diseñado para reducir el impacto medioambiental de las tarjetas de la entidad«, añaden desde la cotizada. Según los registros de Caixabank, en el momento actual, cuentan con un parque de 17,4 millones de tarjetas y una cuota del 23,38% de la facturación.
La idea pasa tanto por sustituir el material de fabricación de la gama de tarjetas regalo como por establecer un nuevo circuito de reciclaje de todo tipo de tarjetas. Así, los clientes tienen la posibilidad de entregar sus tarjetas caducadas en las oficinas para que el banco pueda separar los elementos de cada tarjeta y distribuirlos para su posterior reciclaje. En esta línea, también tiene previsto aumentar la fecha de caducidad de las mismas de cinco a siete años.
Además de ser biodegradables, el proceso de fabricación de las nuevas tarjetas permite reducir a la mitad el dióxido de carbono (CO2) emitido a la atmósfera. Si cada 1.000 tarjetas emiten unos 30 kg de CO2, con el nuevo proceso sería de 15 kg.
Dichas tarjetas se diferenciarán del resto por su diseño, basado en un aspecto más eco y minimalista e incluye un logo que señala que se trata de un producto biodegradable.
Empresas>Las empresas hablan