Cerebros y corazones 3D que salvan vidas

Imprimir órganos del cuerpo humano ya es posible, también en España, gracias a la iniciativa de BQ, que junto con el Hospital Virgen del Rocío (Sevilla), han fabricado la réplica del corazón enfermo de un niño de 9 años, que ha sido operado con éxito. En este caso, el cirujano pudo realizar simulaciones de la operación, con el órgano que salió de la impresora 3D, antes de intervenir al pequeño paciente. En Estados Unidos hay antecedentes de este hecho, como el que ocurrió en octubre de 2015, cuando los cirujanos del Nicklaus Children’s Hospital en Miami, operaron con éxito a una niña de cuatro años, con una malformación en la aorta. A eso se une que, en Holanda, una mujer de 22 años es la primera paciente que ha recibido un cráneo totalmente construido en una impresora 3D. La operación se realizó hace tiempo en el Hospital Universitario de Utrecht, pero el equipo médico decidió hacerlo público una vez que se ha constatado su éxito. Las impresoras 3D dieron el salto para el uso médico replicando huesos del cuerpo, que son aptos como implantes personalizados, tipo prótesis. Además, ha tenido éxito para aplicarlas en países del Tercer Mundo, donde el acceso a las originales es difícil y muy costoso. Sin embargo, con la impresión de materiales biológicos blandos del cuerpo, y órganos tan delicados como el corazón, se da un salto de gigante. Antes de esto, estudiantes de la Universidad de Connecticut (EEUU) realizaron un pequeño riñón artificial en una impresora 3D, como prototipo capaz de filtrar las toxinas de la sangre y facilitar la vida de los pacientes de diálisis. replica 3d corazon También destaca el reciente hallazgo de los investigadores de la Universidad de Northwestern (EEUU), que han logrado desarrollar ovarios funcionales en una impresora en 3D, que se han implantado en ratones con éxito. Los estudios académicos más avanzados se publican en la revista Science Advances. Las partes blandas del cuerpo humano se pueden reproducir en una impresora 3D gracias a un hidrogel, que proporciona soporte estructural suficiente para las réplicas biológicas que ya están siendo creadas. Una vez impresas, son lo suficientemente rígidas para resistir sin desmoronarse y para recuperar el órgano o zona en cuestión solo habría que derretir esa sustancia viscosa que le sirve de apoyo. Lo siguiente será imprimir venas, hígados, etc. La investigación sigue de forma contundente en Estados Unidos. Por ejemplo, el Wake Forest Baptist Medical Center o la Medical University of South, ambos en Carolina, ya han conseguido estructuras concretas de los órganos y tejidos para implantar en el cuerpo humano con éxito. En Suiza, investigadores del Laboratorio de Materiales Funcionales de la ETH (Zurich) han conseguido imprimir en 3D un corazón de silicona que late como uno real y tiene ventrículo derecho e izquierdo. De momento solo está en funcionamiento si permanece unido a una unidad externa y la silicona comienza a descomponerse después de los 3.000 latidos. Cuando se perfeccione podría servir para los trasplantes. Los investigadores en este campo intentan paliar las dolencias de los 26 millones de personas que en el mundo padecen de problemas cardíacos. A lo que se suma la escasez de donantes de este órgano.

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