China e India, ¿qué esperar de los gigantes?

China e India son los dos máximos responsables de que la pobreza del mundo haya alcanzado mínimos históricos en 2015. India, además, está relevando a China como la economía que más crece de todo el continente. Todavía nos faltan por conocer los datos de crecimiento correspondientes al cuarto trimestre del año pasado, aunque ya sabemos una cosa: India seguirá creciendo más que China.

El elefante asiático viene desde abajo, remontando espectacularmente hasta haber tocado cotas del 7,4% en algunas fases de 2015. China, sin embargo, estaba acostumbrada a crecer dobles dígitos aunque su ritmo anual de este pasado ejercicio puede que no supere el 7%. En cualquier caso, y más allá de dos simples cifras, es preciso contextualizar bien nuestro análisis para saber si ambos gigantes están mejor o peor que hace años.

China, como sabemos, lo que persigue ahora es crecer menos pero hacerlo de manera más sostenible. Actualmente, la oferta monetaria china está creciendo a tasas anuales inferiores al 10%, cuando hace no mucho tiempo estaba subiendo casi el doble. Esto conlleva recortes drásticos de muchas inversiones que estaban generando sobrecapacidad en sectores económicos diversos, como el inmobiliario, pero también un menor crecimiento del PIB.

Con todo, la inflación china se mantiene bastante lejos del 2%, y existe margen monetario para seguir amortiguando una demanda sensiblemente decreciente. China quiere invertir menos, y consumir más, algo que ya están reflejando indicadores como los PMI. Si bien las cifras del sector industrial llevan diez meses consecutivos desacelerándose, el dato correspondiente a los servicios alcanzó máximos anuales en diciembre, consolidando su expansión.

Sin embargo, la desaceleración del crecimiento económico en pleno cambio de modelo preocupa a los inversores. El yuan lleva días depreciándose sensiblemente, también en los mercados "offshore", lo cual podría estar indicando una mayor preferencia por otras economías consolidadas como Estados Unidos.

Las salidas de capitales, pese a los controles existentes actualmente, pueden generar tensiones financieras significativas también en 2016. A China, por tanto, solamente le queda seguir profundizando en sus reformas estructurales mientras amortigua los shocks derivados de su propio aterrizaje económico.

India, sin embargo, será la niña mimada de los bull-lovers. Hay quien sueña, incluso, con un crecimiento económico del 8% para 2016. India tiene hoy unas cuentas exteriores prácticamente en equilibrio, algo inédito durante esta crisis, y la inflación es inferior al objetivo del 6%. Sus exportaciones dependen muy poco de una economía china que las está reduciendo. Y su ratio de deuda pública sobre PIB lleva cayendo sostenidamente desde 2004 (hasta alcanzar hoy el 50%). La rupia se mantiene débil, pero estable, todo lo cual hace que no pocas compañías estén invirtiendo allí para exportar. Foxconn, proveedora de Apple que produce en China, lleva tiempo deslocalizando su producción hacia la India.

China y la India son, sin duda, los dos países asiáticos a seguir este 2016. China estuvo más de moda hasta hace nada. Pero India, tras una ambiciosa reforma del sector público, busca ahora copar todos los titulares del crecimiento en Asia.

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