Cita para el baile bancario de fusiones

El reto está en la rentabilidad. Tras varios años donde el sector financiero se ha centrado en limpiar balance, dotándose de millonarias provisiones para cubrirse de la inversión en ladrillo, vendiendo de activos y ajustando plantilla y red comercial, ahora toca rentabilizar el negocio bancario. Un negocio que ha caído por los suelos por culpa del esfuerzo provocado por la crisis financiera. Y lo hace en el peor contexto posible con los tipos de interés históricamente bajos, lo que dificulta la captación del pasivo y deja un estrecho margen de beneficio en los préstamos. Cerrada la temporada de resultados de los bancos cotizados, los beneficios están comenzando a remontar pero sobre todo por las operaciones financieras y menos por la actividad bancaria pura y dura. En la mayoría de los casos han evidenciado que el negocio bancario no es rentable.

Las autoridades, expertos y analistas esperan una segunda ola de fusiones o adquisiciones en los próximos meses para que el sector gane eficiencia. Y es que sin rentabilidad la existencia de las entidades a medio plazo está en entre dicho. Lo esperable es que en los próximos años de los 16 grupos bancarios se reduzcan hasta al menos diez. Algo que contemplan las autoridades regulatorias. Desde que a comienzo de año la Unidad Bancaria el BCE ve con buenos ojos que se produzcan operaciones trasnacionales con las entidades más sólidas adquiriendo los menos solventes. El nuevo marco regulatorio facilita los movimientos. El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, hace un mes trasladó públicamente esta idea al sector: "el grado de consolidación de la industria ha aumentado apreciablemente en los últimos años, pero existe todavía margen para la ejecución de operaciones corporativas que generen valor a los accionistas de las entidades involucradas y refuercen la eficiencia de conjunto del sector bancario".

El número dos del supervisor español puso el dedo en la llaga, "el entorno de bajos tipos eleva la presión sobre los márgenes bancarios y deja la rentabilidad muy lejos de la existente antes de la crisis". De media el sector se mueve alrededor del 6,5%, con entidades rozando el 10%, pero con otras lejos de estos niveles que activa la alerta sobre la supervivencia a medio plazo. El presidente de la patronal bancaria (AEB), José María Roldán, ha situado la rentabilidad necesaria sobre el 10% y ha deslizado también la idea que  para alcanzarla se debería producir nuevos movimientos corporativos.

Las entidades que están en el punto de mira para ser absorbidas son Ibercaja, Unicaja, Kutxabank, Liberbank, BMN, Abanca y Popular; conocidas estos últimos meses como los siete enanitos y reticentes a protagonizar nuevas operaciones. Desde el Banco de España, que defiende la idea que tendrán difícil su viabilidad en solitario, reconocen que el fuerte de personalismo de algunos dirigentes de las entidades y los intereses políticos retrasan el escenario más probable: que las grandes entidades terminen comprándolas.

La mayoría proceden de las fusiones de las antiguas cajas de ahorro con rentabilidades por debajo del 6% como es el caso de KutxaBank o Ibercaja o una tasa de morosidad muy elevada como Cajamar, LiberBank o Unicaja, síntoma que todavía les queda un largo camino por recorrer para digerir los créditos fallidos. Caso aparte es el de Banco Popular que ha aguantado en solitario toda la crisis y presenta la rentabilidad más baja de la banca cotizada y una elevada morosidad. Y ahora busca oportunidades de negocio en América Latina para protegerse.

José Manuel González-Páramo, ex consejero del BCE y ahora en BBVA, adelantaba este escenario en una conferencia  el actual escenario, la mayoría de los bancos están estabilizados, "pero ni mucho menos tienen asegurado puedan producir los niveles de rentabilidad a medio plazo que son necesarios para sostener el negocio", valoraba después de los test de estrés europeos que aprobó gran parte del sistema financiero español. Sus pronósticos avanzaban movimientos nacionales porque "las entidades se conocen y pueden tener mayores sinergias de costes".

La gran duda que se plantean es qué banco inicia el baile. Parece descartado que se produzca fusiones entre iguales después de los resultados que ofreció la primera ronda de fusiones. Al final los grandes jugadores terminaron asimilando los intentos fallidos de fusiones. BBVA ha sido uno de las entidades más proactivas en estos años (Unnim y Caixa Catalunya). CaixaBank y Sabadell también ha sido clave en el proceso de reestructuración con la incorporación de Banca Cívica y la CAM, respectivamente. Sin embargo, Santander se ha mantenido al margen de los movimientos. Nadie duda de su capacidad financiera, pero sus responsables se han mostrado desinteresados y apuestan por una estrategia más conservadora de crecimiento orgánico.

Por su parte, Bankia que ha sido protagonista de rumores de fusiones desde que fue rescatada, lleva paso firme en la recuperación del negocio y tiene las manos atadas hasta finales de 2017, cuando quede liberada de la supervisión de la Comisión Europea. Y en la su con­se­jera de­le­gada, María Dolores Dancausa, ne­gaba que tu­vieran in­ten­ción de com­prar al­guna otra en­tidad en España.

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